18/04/2024
01:53 AM

Exportadores de ropa usada

El estudio asegura que, en ocasiones, la ropa donada incluso termina siendo exportada a los países adonde fueron fabricadas inicialmente, mercados como Kenia, Tanzania, Pakistán y Filipinas.

Tegucigalpa, Honduras.

La demanda de la moda rápida y desechable en los países desarrollados, unido a la gran producción y venta de China, son factores que impulsan el crecimiento del negocio de la ropa usada o de retorno en Latinoamérica.

Estados Unidos es el más beneficiado con este nuevo negocio con exportaciones de $687 millones en 2014, según datos de las Naciones Unidas que revelan el mayor consumo y deshecho de ropa a nivel global.

En países como Reino Unido y Estados Unidos, la mayoría de la ropa que la gente dona pensando que ayudará a alguien en realidad termina siendo exportada y vendida en el exterior.

Esto forma parte de una gigantesca industria global de ropa de segunda mano que vale $4,300 millones, argumenta Andrew Brooks, profesor de estudios de desarrollo del King’s College de Londres, en su libro Clothing Poverty.

Según cifras de Naciones Unidas, el principal exportador de ropa usada del mundo es Estados Unidos, seguido de Reino Unido, Alemania, Corea del Sur y Holanda.

En el caso de Estados Unidos, su principal destino es Canadá con $104 millones, le sigue Chile ($61 millones) y Guatemala ($55 millones).

Honduras es el octavo comprador que tiene el gigante norteamericano con 23 millones de dólares. El negocio es tan lucrativo que Guatemala lo ha desarrollado y se está expandiendo a Centroamérica.

Respecto al tipo de prenda se encontró, por ejemplo, que las camisas formales blancas regularmente terminan en Pakistán, adonde hay una gran demanda entre los abogados, dice.

Los abrigos de invierno a menudo viajan a Europa oriental y las camisetas de manga corta y pantaloncillos cortos terminan en África.

El estudio asegura que, en ocasiones, la ropa donada incluso termina siendo exportada a los países adonde fueron fabricadas inicialmente, mercados como Kenia, Tanzania, Pakistán y Filipinas.

Y muestra que gran parte de las toneladas de ropa de segunda mano donadas en Europa occidental y América del Norte terminan en las economías en desarrollo.