La palabra emprender siempre lleva implícita un poco de aventura y mucho riesgo.
A veces ambas cosas en partes iguales, pero es un hecho que con el acceso que existe hoy a la tecnología, emprender un nuevo proyecto nunca fue tan emocionante ni tan sencillo.
Probablemente hayan escuchado de blockchain. Esta tecnología está ganando cada día mayor popularidad, en gran parte debido a la necesidad de cadenas de valor transparentes, confiables y seguras.
Es una base de datos compartida que funciona como un libro para el registro de operaciones de compra-venta o cualquier otra transacción.
Al utilizar claves criptográficas y estar distribuido por muchas personas, blockchain presenta ventajas en la seguridad frente a manipulaciones y fraudes.
Otra excelente opción es el Internet de las cosas. Con un estimado de 6.4 mil millones de dispositivos en circulación, estamos casi en el punto donde hay un dispositivo conectado al Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) por cada persona en el planeta.
Para 2020, los dispositivos nos superarán tres a uno.
Imaginen desarrollar entonces un proyecto que tenga este alcance, que esté alojado en al menos la mitad de esta avalancha de dispositivos conectados. Poderoso, ¿verdad?