Los impuestos no alcanzan para invertir en obras públicas o comprar medicamentos, informaron las autoridades de la Secretaría de Finanzas (Sefin) y enfatizan que el gobierno anterior heredó un “erario público arrasado y altamente endeudado”.
En consecuencia, el nuevo gobierno, tal y como se había advertido desde 2021, inició un proceso de ajuste fiscal en el que alega una emergencia que sumará un mayor endeudamiento al Estado.
“Para el año 2022, el 102% de los impuestos tributarios, cuya meta es de unos 118,000 millones de lempiras serán utilizados en el pago de sueldos y salarios de los burócratas; y del servicio de la deuda (amortización, comisiones e intereses)”, argumentó Sefin, mediante la exposición de motivos de la declaratoria de emergencia.
Significa que cada una de estas dos partidas presupuestarias demandarán cerca de los 60,000 millones de lempiras este año.
En tal sentido, para pagar el resto de los gastos -tales como inversión, medicamentos, subsidios, transferencias a las alcaldías y universidades, entre otros- se tiene que recurrir al endeudamiento. Este déficit a cubrir con deuda supera los 64,000 millones de lempiras.
Es así que la deuda de Honduras, que cerró en 15,679 millones de dólares (L 381,716.4 millones) en 2021, podría subir a cerca de los $18,000 millones este 2022.
Ajuste fiscal
El nuevo gobierno comenzó la semana anterior su reforma fiscal en la que incluye una declaratoria de emergencia para endeudarse en unos 2,000 millones de dólares entre 2022 y 2023; y también la revisión de algunas exoneraciones y eliminación de beneficios en los impuestos.
Las iniciativas de ley han generado controversia, ya que algunos sectores afirman que se cargará más a la clase media. El economista Claudio Salgado considera que la reforma a la Ley de Impuesto Sobre la Venta va encaminada a reducir los privilegios tributarios. “No se están creando ni aumentando impuestos”, afirmó.