Las Vegas, Santa Bárbara, Honduras.
Los altos costos de la energía eléctrica y los bajos precios de los minerales en el mercado internacional fueron los detonantes que desencadenaron la venta de la mina El Mochito a Morumbi, empresa de capital canadiense, y además, dieron un fuerte golpe al comercio local de Las Vegas, Santa Bárbara, sitio donde opera el yacimiento desde hace 68 años.
Este municipio, que tiene más de 35,000 habitantes y donde el 100% de la economía depende de la actividad minera, sufrió un revés por las pérdidas que reportó todo el año la mina, que hasta hace unos días pertenecía al grupo Belga Nyrstar. Las ventas de los comercios se redujeron en un 40%.
“Aquí la mayoría del pueblo trabaja en la mina; es por eso que si la empresa tiene problemas estos se ven reflejados en la economía del municipio. Los constantes apagones, los altos precios de la energía y los impuestos, además de los bajos precios de los minerales en el exterior, provocaron pérdidas grandes para la mina e impactaron en el comercio local. Las ventas cayeron de forma exagerada, incluso, algunas tiendas tuvieron que cerrar por la poca rentabilidad que registraban”, manifestó Berlin Orellana, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Las Vegas.
Orellana explicó que la cantera ha sido determinante en el desarrollo de la comunidad, ya que aporta cerca del 2% de las ventas brutas que realiza al exterior, lo que representa unos L20 millones al año. “No solo es el empleo que genera, sino también las obras que se han realizado con los impuestos que esta paga a la Municipalidad; tales como pavimentación de calles e instalación de agua potable, entre otros. La mina es el corazón de Las Vegas”, apuntó.
El empresario dijo que esperan que con la venta de la mina se logre mejorar el ingreso de los más de 1,500 empleados que ahí laboran.
“Esperamos que los empleos se mantengan. Ya hemos solicitado reunirnos con la nueva junta directiva de la empresa, ya que dependemos de la operatividad de la mina”, afirmó Orellana. Astrid Huete, encargada de la Pastelería Brownie’s de esa zona, contó que la caída en las ventas, en ese negocio, es del 50%.
“A la mina no le ha ido muy bien este año con la venta de los minerales y el impacto se ha sentido en los negocios. Los trabajadores tienen menos poder adquisitivo”, aseguró.
Elder Benítez, un minero que lleva más de siete años trabajando en ese yacimiento, dijo que desde finales del año pasado la empresa ha estado despidiendo personal para reducir los altos costos de operación. “Han estado despidiendo gente y reduciendo las bonificaciones que daban”.
Las esperanzas de los trabajadores están fijadas en la nueva administración”, dijo.
Los altos costos de la energía eléctrica y los bajos precios de los minerales en el mercado internacional fueron los detonantes que desencadenaron la venta de la mina El Mochito a Morumbi, empresa de capital canadiense, y además, dieron un fuerte golpe al comercio local de Las Vegas, Santa Bárbara, sitio donde opera el yacimiento desde hace 68 años.
Este municipio, que tiene más de 35,000 habitantes y donde el 100% de la economía depende de la actividad minera, sufrió un revés por las pérdidas que reportó todo el año la mina, que hasta hace unos días pertenecía al grupo Belga Nyrstar. Las ventas de los comercios se redujeron en un 40%.
“Aquí la mayoría del pueblo trabaja en la mina; es por eso que si la empresa tiene problemas estos se ven reflejados en la economía del municipio. Los constantes apagones, los altos precios de la energía y los impuestos, además de los bajos precios de los minerales en el exterior, provocaron pérdidas grandes para la mina e impactaron en el comercio local. Las ventas cayeron de forma exagerada, incluso, algunas tiendas tuvieron que cerrar por la poca rentabilidad que registraban”, manifestó Berlin Orellana, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Las Vegas.
 Comerciantes están preocupados por bajas ventas.
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El empresario dijo que esperan que con la venta de la mina se logre mejorar el ingreso de los más de 1,500 empleados que ahí laboran.
“Esperamos que los empleos se mantengan. Ya hemos solicitado reunirnos con la nueva junta directiva de la empresa, ya que dependemos de la operatividad de la mina”, afirmó Orellana. Astrid Huete, encargada de la Pastelería Brownie’s de esa zona, contó que la caída en las ventas, en ese negocio, es del 50%.
 Un trabajador en el plantel de la mina El Mochito.
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Elder Benítez, un minero que lleva más de siete años trabajando en ese yacimiento, dijo que desde finales del año pasado la empresa ha estado despidiendo personal para reducir los altos costos de operación. “Han estado despidiendo gente y reduciendo las bonificaciones que daban”.
Las esperanzas de los trabajadores están fijadas en la nueva administración”, dijo.
 Juan Pablo Cantarero, quién lleva diez años de laborar como minero, contó que en la zona no hay otras oportunidades de empleo. “Si la mina llega a cerrar me tocará emigrar a San Pedro Sula para poder sostener a mis tres hijos y mi esposa”.
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