Tegucigalpa, Honduras.
Una buena noticia para la economía hondureña.
La entrada de remesas familiares al país reporta una menor caída en las últimas semanas.
Este 20 de agosto, de acuerdo con un reporte semanal del Banco Central de Honduras (BCH), las remesas sumaron 3,327.5 millones de dólares.
Esa cifra es menor en 79.9 millones de dólares respecto a lo recibido en igual fecha del año anterior, cuando sumaron 3,407.4 millones de dólares.
Según el análisis del BCH, la caída interanual en valores porcentuales es de 2.3%, menor que el 13.8% del pasado 2 de abril de 2020.
Wilfredo Cerrato, presidente del Banco Central de Honduras, dijo que la caída al cierre de agosto fue menor al 2%.
Agregó que los hondureños han incrementado en las últimas semanas los envíos de remesas, y de cada 100 dólares que ingresan en el país en concepto de divisas, 46 son remesas.
Proyecciones. Las remesas familiares sumaron 5,562 millones de dólares el año anterior, con un incremento de 10.6% respecto a 2018, cuando totalizaron 4,917 millones de dólares.
Para 2020, la proyección inicial del BCH, o sea antes de la pandemia del coronavirus en el país, era de 6,007 millones de dólares, con un crecimiento nominal de 445 millones y ocho puntos en valores porcentuales.
Sin embargo, el directorio del Banco Central ha revisado la meta por el impacto del covid-19 en la economía mundial, el que se ha traducido en el cierre de empresas y en la pérdida de empleos, y, por ende, en un menor envío de remesas.
De 6,007 millones de dólares estimados, el BCH decidió rebajar la meta a 4,776.9 millones, con una caída de 1,230.1 millones y 20 puntos en valores porcentuales.
El pasado 21 de julio se revisó de nuevo y se ajustó a 5,058.5 millones de dólares, con una caída de 948.5 millones respecto a la meta y 15.6%.
No obstante, con los resultados de las últimas semanas la entrada de remesas familiares al país puede ser similar a la del año pasado, estimándose entre 5,550 y 5,650 millones de dólares, pero por debajo de la meta inicial.
La recepción de remesas en el país se remonta a la emigración masiva de hondureños tras el devastador paso del huracán Mitch por Centroamérica a finales de 1998 que dejó una estela de muerte y destrucción en la región, con mayores daños en Honduras.
