Un partido típico de comienzo de campeonato. Los burritos del Hispano contra los cocoteros del Vida. La voluntad era mucha, pero la técnica faltaba. Muchas imprecisiones y poca profundidad.
A los once minutos el gol legó como muchas veces sucede, cuando menos se espera, y premió al equipo que hacía las cosas mejores en el terreno de juego; ése era el Vida.
Un centro que parecía inofensivo dejó parada a la zaga hispánica y como una sombra, el juvenil Jerry Bengston metió su botín y aunque su disparo no fue fuerte, tuvo la suerte de que al golero Canales se le escurriera el balón, lo suficiente para pasar la línea de meta. Así se escribía la historia del primer gol del torneo Clausura, poco legal, pero gol al fin.
El Vida, bien parado en terreno enemigo, llegaba a ser más de propuesta que su adversario y pienso que lo mejor fue que el primer tiempo terminara para que los burritos pudieran ser planteados mejor en el terreno de juego.
Para esta etapa la reacción llegó, pero en tres ocasiones los postes le negaron el empate a un Hispano que probablemente lo merecía; pero el fútbol no es de merecer.
Acosta, Palacios y la Tanqueta Flores tal vez no puedan dormir hoy, pensando en que tuvieron para empatar y ganar; pero el infortunio o simplemente la incapacidad no les permitieron que ellos con su equipo corrieran mejor suerte.