Francia está a un paso de la eliminación tras su pobre actuación en la derrota 2-0 frente a México y la autocrítica es la orden del día en les Bleus.
El atribulado equipo de Raymond Domenech parece encaminado a abandonar el torneo antes de tiempo, como ya ocurrió en la Eurocopa hace dos años.
Y las palabras de Domenech asegurando que la Selección gala tendría un buen Mundial o el mensaje de unidad del capitán Patrice Evra cayeron en oídos sordos.
La realidad es que la antes orgullosa Francia, finalista en Alemania 2006, se ha olvidado de ganar y de meter goles.
“Tenemos el equipo, pero quizá no tuvimos la pegada que necesitábamos”, dijo Domenech.
Sin embargo, la falta de rigor táctico apenas inspiró a los jugadores faltos de confianza y compromiso.
“El equipo francés juega a imagen de su entrenador”, señaló el ex jugador de la selección, Robert Pires. “Él no es bueno, nosotros no somos buenos”.
Si Uruguay y México empatan en el último partido del Grupo A el próximo martes, Francia empacará las maletas, aunque sea capaz de vencer a Sudáfrica.
Evra predijo que Francia estaba capacitada para ganar el Mundial y habló de un excepcional espíritu dentro del vestuario, cuando la realidad es que los jugadores apenas se comunican dentro del terreno de juego.