Real Madrid hizo lo imposible: pasó del infierno de la derrota, de un sueño frustado, de una nueva pérdida; al éxtasis de lograr su décima Liga de Campeones en tan sololo un minuto.
Las imágenes lo dicen todo. De caras largas y cuerpos cansados al milagro de un gol conseguido sobre la hora por un héroe inesperado pero que ya había dado muestra de serlo: Sergio Ramos.
De ahí a la gloria por alcanzar el sueño anhelado desde hace 12 años, a levantar la décima Champions.
Tras el 'milagroso' empate en el tiempo regular, el alma madridista se montó al expreso impulsado por las piernas de Ángel DiMaría y a la cabeza de Gareth Bale que pusieron el sello para generar la alegría merengue. Y el puntillazo lo puso Marcelo y lo ratificó el de siempre CR7.
La alegría explotó en Lisboa, en el Bernabéu y en Cibeles, por que al final de cuentas, tras todo el sufrimiento, la 'orejona' llegó a las manos y a la estantería blanca.
Como cereza del postre: Cristiano Ronaldo llegó a los 17 goles en los 11 encuentros de la competición y al igual que el Madrid se convirtió en el goleador histórico de la competencia.