Es la final de la Liga Sudamericana de fútbol que se juega en Miami y el equipo en que él milita no tiene partido porque quedó eliminado en la semifinal, pero el teleño, fanático como siempre, se encuentra entre los aficionados disfrutando de su gran pasión.
Es Luis Enrique Cálix, más conocido como el “Gavilán”, una gloria del fútbol hondureño que demostró su calidad e hizo sufrir a los porteros con su poderosa pegada.
El “Gavilán” defendió las playeras de Real España, Marathón, Petrotela, Tela Timsa, Real Maya y Santos de México, pero fueron los hinchas aurinegros y los de la Selección quienes más disfrutaron con su fútbol.
GOLAZO habla con el “Gavilán” y la primera pregunta es la misma que se hacen más de siete millones de hondureños: Cálix, ¿cómo crees que nos irá en el Mundial?
Él contesta con la sabiduría que da la experiencia: “Gracias a la unión de prensa, pueblo, futbolistas, técnicos y directivos se logró el objetivo de ir a Sudáfrica. Ahora, si se conciencia al jugador, podemos dar la sorpresa en el mundial. Ya sabemos que el profesor Rueda maneja a la perfección dos temas fundamentales: el orden y la planificación, pero la base es convencer al jugador de que no somos menos que nadie y que tenemos capacidad para enfrentar de igual a igual a cualquier selección que se ponga enfrente”.
Radicado desde hace más de una década en Estados Unidos, Cálix no se desliga de su pasión y maneja academias de fútbol enseñando jóvenes de distintas categorías, se capacita como técnico y habla con propiedad de la perseverancia que caracteriza a los americanos.
La aprende en los cursos que ha recibido y la disfrutó con todo Honduras cuando al minuto 94 Bornstein mandaba a Costa Rica al repechaje y hacía estallar de felicidad a todo el país.
“Los americanos juegan igual desde que inicia el partido hasta el pitazo final sin tomar en cuenta el resultado, vayan ganando o perdiendo. Así le ganaron a España en Sudáfrica y hay que convencernos de que para Honduras no es imposible lograrlo”.
Cálix resalta “la gran capacidad del cuerpo técnico de la Bicolor, pues sabe analizar tácticamente a los rivales, aunque su mayor virtud fue conjuntar el equipo. La selección no depende de un jugador. En el desarrollo de la eliminatoria no estuvieron disponibles piezas importantes y siempre se trató de jugar igual. Si no jugaba David, estaba Pavón; si no se encontraba éste, estaba Costly. En mi época, la selección dependía de lo que pudiera hacer César Obando”.
Al analizar a los rivales, Cálix reconoce el avance de la Selección chilena. “El equipo de Bielsa es de los que más evolucionaron. El argentino es un técnico muy capacitado y ordenado que analiza hasta el mínimo detalle del rival. Nuestra selección no debe dar ventajas y necesita jugar el máximo posible de partidos antes del mundial. Esto será clave para saber en qué tenemos que mejorar. Hay que tener cuidado con el juego aéreo. Siempre se critica sólo al portero, pero también hay que impedir que centren. Es necesario estar concentrado para evitar faltas en los costados, especialmente contra Suiza” .
“El Gavilán” compartió una anécdota de cuando estaba en la selección: “Jugamos contra Brasil, perdimos 8 a 2, nos dieron un baile y al finalizar el partido el técnico carioca -Parreira- nos felicitó y nos dijo que era el mejor partido de preparación que habían tenido. Nosotros, extrañados, nos preguntábamos por qué. Nos dijo que le habíamos metido dos goles de cabeza y que necesitaba mucho perfeccionar el juego aéreo”.
Además
Cálix era un mediocampista mixto, de gran pegada, que llegaba al área rival con posibilidad de anotar. En los 90 nadie le pegaba más fuerte que él.
Radica en Estados Unidos desde hace varios años. Entrena a niños y sigue jugando fútbol exitosamente en las ligas latinas de Miami y Fort Lauderdale.