El delantero brasileño Neymar del Barcelona, volvió a ser sustituido por su entrenador Luis Enrique en esta ocasión en el triunfo de los catalanes ante el Deportivo La Coruña en el estadio Riazor.
Al ser sustituido, el futbolista se dirigió al banquillo cabizbajo y con cara de pocos amigos, no se dirigió a ninguno de sus compañeros ni a su técnico y hasta lanzó sus guantes de forma muy molesta.
Al final, sólo el delegado, Carlos Naval, le saludó cariñosamente pasándole la mano por la cabeza.
En lo que va de la temporada el brasileño ha jugado en 12 partidos de titular y en ocho de ellos fue cambiado.