La fiesta apenas comienza. En la gran ciudad hay motivo de sobra para celebrar, y doblemente por parte de los aficionados verdolagas, que justo en su 84 aniversario disfrutan la obtención de su octava copa a costa de un gran rival como lo fue el Olimpia. Un clásico digno de un gran final.
Los aficionados verdolagas pasarán una verde navidad; el equipo de sus amores es el nuevo monarca del fútbol hondureño, por eso los gritos, las lágrimas de felicidad, y los abrazos se confundían entre la familia marathonista, que confió en su equipo, el cual no los defraudó y a base de buen fútbol y de goles de ese 2-0 con el que sometieron a los leones del Olimpia, son campeones.
Los albos hicieron sufrir al final, pero no pudieron cambiar la historia de un partido destinado para que los muchachos del técnico Manuel Keosseián se despacharan con la cuchara más grande.
Ahora son los grandes y dignos campeones; disfrútenlo, para eso trabajaron, para eso se sacrificaron, y al final valió la pena.
La famosa canción “We are the champions” (Nosotros somos los campeones) no para de sonar.
La afición no se quería marchar anoche del estadio Olímpico y si lo hizo fue para seguir festejando y unirse a las caravanas que simbolizan el inobjetable triunfo verdolaga. ¡Felicidades campeones, se lo merecen!