El fútbol se ve distinto en un espacio sin fondo auditivo, mantas que adornan el estadio y aficionados que le dan vida al juego. Sin embargo, percibes el balompié de otra manera.
El Real España llevó a que se disputaran los 61 minutos restantes en el derbi ante Marathón (ganaban 1-0) en el estadio Rubén Deras de Choloma, que acogió un encuentro de Liga Nacional por primera vez desde abril del 2013.
El escenario, tanto como adentro y fuera, no contó con aficionados, jugándose a puerta cerradas con entrada permitida a periodistas y directivos de ambos clubes que fueron espectadores de un encuentro que inició como un entrenamiento.
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El terreno de juego del complejo lució aceptable, con la grama bien podada, luciendo verde y refrescante, permitiendo jugar un buen fútbol al no ser impedimento para la disputa del mismo; el balón rodó bien, sin rebotar, algo que se suele ver en otras canchas del certamen.
Los jugadores calentaron normalmente como si iba a jugarse el tiempo completo. Antes de la reanudación del mismo, se realizaron tres cambios, esto porque los jugadores reemplazados que fueron titulares cuando se jugaron los primeros 29 minutos se encontraban lesionados.
El central Saíd Martínez arrancó el cotejo desde un saque de meta a favor del Real España. No pasaron más de siete minutos de acción cuando el delantero colombiano del Marathón, Santiago Córdoba, tuvo que salir del campo tras ostentar de un arete que se le adentró en la oreja y tuvo que ser removido con un alicate.
Cuatro minutos después ingresó al terreno de juego, pero fue sustituido al entretiempo; tras la sustitución por Lucas Campana, se sentó en la banca donde continuaba siendo inspeccionado con “flash”.
Al descanso, ambas escuadras permanecieron en la cancha y tuvieron su charla técnica desde los banquillos; sólo la cuarteta arbitral ingresó a su espacio asignado.
Cuando al 50’ el central Getsel Montes anotó el 2-0 local, todos los futbolistas aurinegros celebraron en conjunto, así como cuando el mexicano Omar Rosas, siete minutos después, puso el 3-0. Un minuto de celebración para cada gol.
En el banquillo del Monstruo Verde sólo eran caras largas. Nadie se volteaba a ver siquiera para reclamar, así como ninguno de los futbolistas sustituidos en el complemento (Mario Martínez y Cristian Cálix) compartieron miradas con su entrenador Manuel Keosseián, de pie en todo el encuentro.
Cuando Edwin Solani Solano descontó al 69‘, solamente él, junto a Frelys López, festejaron la anotación y se marcharon rápido a la media cancha para la reanudación del juego. En el banco verdolaga nadie celebró.
El partido terminó 3-1 a favor del Real España y los panoramas eran abismalmente distintos: los líderes del Clausura 2022 se abrazaron junto al cuerpo técnico y se felicitaron por el triunfo.
En el Marathón, cada quien por su lado, sobre todo ‘Manolo‘, que se marchó de un sólo al camerino saludándose solamente con Carlos ‘Chapetilla‘ Mejía y un Kevin Álvarez que fue a saludarle.
Braian Molina, su central argentino, se llevó un regaño al salir del terreno de juego.