Estos chicos ya están acostumbrados a cargar con presión por el peso de las camisetas que defienden. El brasileño Robinho, de 22 años, el argentino Lionel Messi, 18, el inglés Wayne Rooney, 20, y el alemán Lukas Podolski, 20, son los “chicos de oro” del mundial.
Los cuatro forman parte de seleccionados que cuentan con aspiraciones de campeonato, pero también tienen otro punto importante en común: en Alemania-2006 harán su debut mundialista.
Rooney parecía sacarles ventaja en experiencia, pues ya jugó una Eurocopa en Portugal 2004, pero una lesión en un pie en un partido de Liga inglesa contra el Chelsea, ha puesto en duda su participación en el Mundial, pese a estar entre los 23 convocados.
Podolski juega en el más modesto Colonia, pero ya se ha negociado que en el futuro defienda la casaca del multicampeón germano Bayern Múnich.
El juvenil de origen polaco ya sabe lo que es una competencia de primer nivel: en junio de 2005 disputó la Copa de las Confederaciones de Alemania, donde hizo un excelente torneo, y lo siguió ratificando: marcó diez goles en 20 partidos En aquel momento y a pocos kilómetros de distancia, Lionel Messi se convirtió en el nuevo héroe del fútbol argentino al conducir a la selección Sub-20 al título de Holanda-2005, en el que se consagró mejor jugador y máximo goleador. Con esas repercusiones, el técnico albiceleste José Pekerman lo convocó para jugar en la selección absoluta. Tampoco lo hizo con Franck Rijkaard, entrenador del “Barca”, donde fue el socio perfecto de Ronaldinho.
Robinho llamó la atención desde el puerto brasileño de Santos, ciudad con un club mítico y famoso por la hegemonía que impuso en la década del sesenta con el “Rey” Pelé. El desgarbado delantero sobresalió con goles y títulos en Brasil, donde ganó dos Brasileiraos, 2002 y 2004, y fue elegido mejor jugador del campeonato brasileño en 2004. Poco tiempo después el Real Madrid lo vistió de galáctico.
Ellos son cuatro perlas, cuatro esperanzas... los cuatro fantásticos del Mundial 2006.