Soy Zlatan Ibrahimovic’ (Editorial Córner), es la biografía que esta semana ha sido publicada en España. Una bomba biográfica del delantero del PSG donde destacan los pasajes de su tormentosa relación con Pep Guardiola en el FC Barcelona.
Resumimos los momentos más salvajes de las confesiones que el delantero sueco ha redactado con la ayuda de David Lagercrantz, el autor de la cuarta entrega de la serie Millenium de Stieg Larsson.
-Tras una nueva suplencia con Guardiola: “Miré la caja. Le di una patada y salió volando unos tres metros. Aquello fue solo el comienzo. Después le grité: No tienes huevos -y cosas mucho peores. Y añadí-. Te cagas delante de Mourinho. ¡Vete a la mierda!”.
-Presentación en Camp Nou: “Me emocioné. Afuera había sesenta o setenta mil personas. Intenté inspirar con fuerza varias veces y salí. Jamás podré describir lo que sentí (…) El jefe de prensa me había pedido que lo hiciera. Se estaba impacientado. Besa el escudo, besa el escudo. Obedecí como un niño pequeño”.
-Episodio con Guardiola: “(A Messi) debió parecerle que me había colado en su casa y que me había metido en su cama. Le dijo a Guardiola que ya no quería jugar en la banda sino en el centro. Me aislaron en la delantera, ya no recibía balones. Fui a hablar con Guardiola.
La directiva me había estado presionando para que lo comentara con él y arreglara la situación. ¿Y cómo fue? Desencadenó una guerra y me dio la espalda. Dejó de hablarme. Dejó de mirarme. Daba los buenos días a todos pero a mí no me decía nada”. “No se trató nunca de mi juego, sino de mí como persona. Los pensamientos se arremolinaban en mi cabeza día y noche. ¿Era por algo que había dicho o hecho? ¿Tengo un aspecto raro?”.
-Messi, Xavi e Iniesta: “Son amables y sencillos, increíbles en el terreno de juego y de trato fácil. No son en absoluto del tipo aquí llego yo, que soy el mejor, ni hacían los desfiles de moda que protagonizan tantos jugadores italianos en los vestuarios”.
-Guardiola: “Nadie entendía lo que estaba pasando, ni la dirección ni los jugadores ni nadie. Hay algo extraño en ese hombre. Tal como he dicho, ni envidio su éxito ni estoy diciendo que no sea buen entrenador en otros aspectos. Pero debe tener problemas muy serios. No sabe tratar con personas como yo. Quizá sea algo tan sencillo como miedo a perder su autoridad.
Ese tipo de cosas tampoco son tan inusuales. Hay entrenadores que tiene cualidades, pero no saben cómo tratar a los jugadores con mucha personalidad y lo solucionan excluyéndolos. En otras palabras, son unos líderes cobardes”.