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La otra pasión de Andy Najar

  • 27 mayo 2014 /

El mediocampista de Honduras recibió la visita de su esposa y sus dos hijos y se emocionó, no paraba de sonreír.

Washington, Estados Unidos.

Parecía que la primera noche de Honduras en Washington iba a terminar de forma tranquila, pero no fue así. Tras la cena del conjunto catracho, por la puerta del hotel de concentración de la Bicolor en la capital estadounidense aparecieron dos chiquitines cargadas en brazos de una hermosa joven que con su sola sonrisa enamoró a uno de los grandes referentes de la Bicolor.

Sus nombre es Geymi Méndez, esposa de Andy Najar, que arribó acompañada de Victoria y Andy Jr, sus retoños producto de su amor con el seleccionado catracho. “Me siento muy feliz y orgullosa de Andy, es un privilegio formar parte de su vida”, dice Geymi.

“Me toca apoyarlo siempre, los niños no lo ven mucho, pero los traemos para que los chinee y comparta estos pequeños, pero bellos momentos con ellos”, agregó Méndez.

Geymi reveló que a Andy Jr, Najar tenía cuatro meses de no verlo, porque desde el primer momento que lo cargó entre sus brazos, la emoción en su rostro fue palpable, no hubo lágrimas, pero fue un instante de emoción, de alegría intensa porque sus dos pequeños le acompañan en esta aventura rumbo a Brasil 2014.

“Nosotros viajamos para visitarlo, pero no es igual. Nos hablamos todos los días, por teléfono o por Skype, no he podido estar mucho tiempo con él en Bélgica por mis estudios, en dos meses me gradúo de enfermera”, siguió.

UN PADRE EXCELENTE

Al pedirle a Geymi que defina a Andy Najar como esposo y cabeza de familia, ella no repara en afectos y palabras llenas de amor y admiración. “Es un excelente esposo y padre, a pesar de la distancia, siempre está pendiente de mí y los bebés, es más, los nombres de ellos los escogió él, me encantaron los dos, somos una familia joven, pero nos amamos y eso es lo importante”, continuó.

Su historia de amor, como muchas en la vida, inició hace siete años, cuando coincidieron por primera vez en la misma iglesia. “Estuvimos como dos años de novios, y nos conocimos mucho antes, desde los 12 años, ahora yo tengo 19 y estamos casados desde hace cuatro. Hemos aprendido a madurar juntos, a tener muy buena comunicación, a respetarnos, no es fácil porque muy jóvenes nos convertimos en padres, pero hemos ido conociendo el camino de ser adultos en el camino”, dice una emocionada Geymi.

El brillo de sus ojos refleja lo que ella misma dice con palabras sinceras y que derrochan puro romanticismo. “Si él es feliz, yo también. Nos prometió anotar por lo menos un gol en el mundial. Lo amo igual o más que el día en que lo conocí, después de la competencia, tenemos pensado tomar vacaciones, no tenemos el lugar todavía, pero nos iremos en familia para recuperar el tiempo perdido”, finalizó.