26/12/2025
12:01 AM

La historia del técnico que rechazó a Jordan

La frustración por la decisión de Clifton Herring en 1978 desató la vena hipercompetitiva del astro.

El sendero a la grandeza está cubierto de obstáculos y reveses inesperados que desvían de la ruta original y obligan a reformular las metas imaginadas tiempo antes. Ni siquiera Michael Jordan, el basquetbolista más inspirador, fascinante y ganador de todos los tiempos ha escapado de las trampas del pedregoso camino a la gloria.

Todavía no era Michael Jordan, sino Mike. El final del otoño de 1978 fue muy frío en Carolina del Norte. Las pruebas para formar parte del primer equipo del instituto Laney dejaron helado al joven. “Tu sitio está con el cuadro júnior”.

Aquella decisión del técnico Clifton “Pop” Herring lo ha perseguido toda la vida. Reubicó a un escolta de 15 años y 1.78 metros dada la excesiva competencia en el equipo A.

Saltaba a la vista que Mike Jordan manejaba bien el balón y su tiro era moderadamente bueno, pero defendía de modo deficiente. Solo había quince plazas para la primera escuadra y quince para el conjunto junior. Cincuenta chicos competían encarnizadamente por un puesto.

“Pop” Herring ha explicado en la prestigiosa revista Sports Illustrated que él no “cortó” a Jordan, como se ha sostenido durante décadas, sino que simplemente le “buscó acomodo” en un combinado más a su medida.

Con el paso de los años, la perspectiva que confiere el tiempo y el peso de la leyenda de MJ23 resulta fácil -incluso necesario- criticar aquella decisión de Herring. Algún que otro sofoco ha pasado el entrenador tratando de explicar cómo es posible que no detectase en aquel chico a un jugador de los que cambiarían el curso de los acontecimientos.

El astro, en los Bulls

Aquel regusto amargo del rechazo se trocó en el impulso que necesitaba Mike para continuar mejorando. Trabajó con denuedo todos y cada uno de sus movimientos. Mejorar el tiro en suspensión y la intensidad defensiva se tornó en su mayor obsesión. En el equipo júnior del instituto Laney se elevó sobre el resto y se erigió en el referente ofensivo absoluto.

¿Qué hubiera sucedido con aquel jovencísimo Jordan si hubiese estado enrolado en el conjunto abanderado de la escuela?

Cuestiones sin respuesta

Resulta imposible de precisar, simple y vana conjetura. Quizá se hubiese convertido antes en el basquetbolista determinante que acabó siendo. Quizá no hubiera gozado de los minutos de que dispuso con la escuadra júnior y eso lo hubiera conducido a una frustración aún mayor.
Sea como fuere, la orden de “Pop” Herring se grabó a fuego en la mente de Mike. Fue entonces cuando nació su competitividad inmisericorde con los rivales y su afán sobrehumano de superación.

Aquel lejano noviembre de 1978, mientras que en la costa oeste de Estados Unidos era asesinado Harvey Milk, miembro de la Junta de San Francisco por el distrito 5, se escribía en Carolina del Norte uno de los episodios más alucinantes de la historia del deporte. El niño frustrado Mike “moría” para dejar paso a Michael, el baloncestista hambriento e irreductible.

El mítico ‘23’ de los Chicago Bulls disputó 1,072 partidos de liga regular en la NBA y anotó 32,292 puntos, más de treinta por cada actuación. Cada vez que escucha estos datos, un tal “Pop” Herring baja la cabeza y trata de esconder su cara sonrojada.

Tomado de Marca