El sueño americano no es el mismo para muchos hondureños que radican en Estados Unidos y su recorrido va más allá de muchas vivencias en ese largo camino en el que muchos ya no están para contarlo.
Con la alegría de compartir con los seleccionados de Honduras es un regalo que no tiene precio para Kelvin Estrada, quien llegó al hotel de concentración del equipo nacional para llevarse un recuerdo de ellos.
Este hondureño llegó vestido con la camisa del Olimpia y otra de la Selección de Honduras, la que utilizó para que los jugadores se la autografiaran y tener ese recuerdo histórico.

Estrada logró tener la firma en su camisa de los futbolistas más referentes de la ‘H‘: Andy Najar, Romell Quioto, Joseph Rosales, Luis Palma; Deiby Flores, Luis López, Edrick Menjívar y el entrenador Diego Vázquez.
UNA HISTORIA DETRÁS DE SU PASIÓN
En el caso de Kevin Estrada, la vida lo premió con cumplir su meta y ahora poder ayudar a su familia que radica en San Pedro Sula, Honduras, donde vivió 15 años en la ciudad instrustrial y después tomó la decisión de venirse a Estados Unidos.

“La necesidad me trajo aquí, tengo una niña en Honduras y quería darle un futuro mejor y así ayudar a mis padres que viven en Sulaco, Yoro”, nos cuenta Kelvin, después de vivir la experiencia con los seleccionados hondureños.
La experiencia de vivir su sueño americano fue muy duro para este catracho, quien tuvo que experimentar un momento dramático en el desierto de Arizona, donde vio de cerca la muerte y ahora agradece a Dios la dicha de poder ayudar a su familia.
“El momento más duro que viví fue al sufrir un dolor de cabeza, luego de la deshidratación producto de la falta de agua, alimentación y las fuertes temperaturas”, cuenta mientras sus voz se quebranta al recordar ese momento.

La situación se complicó y fue más allá, luego de sufrir el desmayo y tener que ser auxiliado. “Me desmayé y un compañero me auxilió con suero y medicamento; así puedo contar estar este momento”, dice Kelvin mientras sigue esperando más autógrafos de los futbolistas.
Tras superar el duro momento de cruzar el desierto e ingresar a suelo norteamericano, Kelvin Estrada llegó a Phoenix, Arizona, y luego Florida tras cinco horas de recorrido en automóvil.
Ahora, este hondureño se gana la vida realizando trabajos de pinturas de casas, instalación de pisos y remuneración de habitaciones, donde le va muy bien y puede ayudar a su familia en Honduras.
