España finalmente se codea con los grandes del fútbol.
Dotada de una generación inigualable y con un fútbol para los dioses, España ganó su primera copa del mundo dos años después de levantar el trofeo de la Eurocopa al vencer hoy 1-0 a Holanda en una final que se fue a tiempo suplementario y se definió con gol de Andrés Iniesta.
Xavi Hernández, Iniesta, David Villa, Iker Casillas... nombres que quedaron grabados en letras de oro en el fútbol español, integrantes de la selección más exitosa en la historia de ese país.
España es apenas el tercer país que consigue el doblete Euro-Mundial, sumándose a la corta lista que completan Francia (Mundial 1998-Euro 2000) y Alemania (Euro 1972-Mundial 1974).
“Este título de campeón del mundo creo que tomó impulso en aquella fecha de junio de 2008”, afirmó el técnico español Vicente del Bosque.
“Es la continuación de aquella gente que trabajó con las selección y tomamos una herencia buena que hemos tratado de conservar”.
“No hemos tratado de borrar ningún ejercicio del pasado; la línea estaba marcada”.
La Roja de Del Bosque —un legado del entrenador campeón europeo Luis Aragonés— deleitó con un fútbol para la tribuna: mucha posesión del balón, exquisitos toques y pases precisos y verticalidad cuando fue necesario.
Los resultados avalan el estilo español y son impresionantes, con 31 victorias en 33 partidos bajo las riendas de Del Bosque.
Los dos únicos reveses fueron el 2-0 contra Estados Unidos en las semifinales de la Copa Confederaciones del año pasado y el 1-0 frente a Suiza en la fase de grupos en Sudáfrica.
Remontándose a la era de Aragonés, la estadística es alucinante: apenas dos derrotas en 55 desafíos desde febrero de 2007.
En el Mundial, ni el juego brusco de Holanda ni las defensas que se encerraron en sus áreas pudieron detener a España, que jamás renunció a su identidad, aunque sin miedo de hacer lo necesario para obtener la victoria.
Y pensar que muchos dudaron de España tras arrancar el torneo con el inesperado tropiezo frente a Suiza en el Grupo H.
De inmediato surgieron las voces pregonando el apocalipsis. Que los españoles no podían ganar cuando un equipo defendía con todo, que sus artilleros tenían la pólvora mojada, que Fernando Torres estaba fuera de forma, que mucho toque pero pocos goles.
Del Bosque no cambió el rumbo y los resultados no tardaron en llegar.
El timonel señaló que después del revés contra Suiza les inculcó a sus jugadores que debían “seguir insistiendo en lo que veníamos haciendo desde mucho tiempo atrás, lo que nos había traído hasta aquí con una clasificación impecable”.
“No debíamos cambiar. Creo que ése fue el mayor acierto y el compromiso de los jugadores”.
Los goles no llovieron, pero finalmente llegaron de los botines de David Villa, que terminó empatado con el alemán Thomas Müller, el holandés Wesley Sneijder y el uruguayo Diego Forlán como máximos cañoneros con cinco dianas cada uno.
España fue de menos a más y ganó todos sus encuentros luego de la debacle contra los suizos: 2-0 a Honduras, 2-1 a Chile, 1-0 a Portugal en octavos de final, 1-0 a Paraguay en cuartos, 1-0 a Alemania en semifinales y 1-0 a Holanda en la final.
España ganó su primer título en su primera final de un Mundial, a diferencia de Holanda, que perdió por tercera ocasión el choque por la copa.
Ahora está en la cima del mundo y puede dar rienda suelta a un festejo que lleva embotellado desde hace décadas.
“Al final España merecía este campeonato”, sentenció Iniesta. “Es algo para recordar, para disfrutarlo y para sentirse orgulloso de cada uno de los componentes”.