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El deporte sigue en Nicaragua como si no existiera la pandemia del coronavirus

  • 18 abril 2020 /

Algunos futbolistas que milita en la Liga de Nicaragua han mostrado su preocupación por seguir jugando.

Managua, Nicaragua

Los torneos deportivos no paran en Nicaragua: un día hay partidos de fútbol profesional, otro día se juega béisbol, se corre una carrera de ciclismo o se disputa una pelea de boxeo, como si no existiera la pandemia del nuevo coronavirus.

Unos deportistas participan convencidos de que Nicaragua, uno de los países más pobres del hemisferio, tiene la pandemia 'bajo control', con menos de una docena de casos reportados por las autoridades; otros por amor al deporte o por miedo a perder sus contratos por abandono laboral.

'Creo que uno corre peligro por las circunstancias que está pasando en todo el mundo', pero 'hay un contrato de trabajo que se tiene que respetar', afirma a la AFP el futbolista del club Las Sabanas de primera división, José Martínez, al concluir sudoroso un duelo en Managua.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, aseguró el miércoles pasado, en su primera aparición pública tras un mes de ausencia, que el avance de la pandemia en el país es 'lento' y rehusó declarar cuarentena, cerrar fronteras o exigir el distanciamiento social como hace el resto del mundo.

Y el deporte tampoco ha parado. Esta semana se realizaron dos rallys de ciclismo y el fin de semana vuelven las peleas de boxeo, que se realizan en campos abiertos, parques o gimnasios espaciosos para tratar de evitar los contagios.

También se reactivará el campeonato nacional de béisbol, el deporte favorito de los nicaragüenses, luego que la Comisión Nicaragüense de Béisbol Superior amenazó con sancionar a quien se niegue jugar por temor al virus.

Los cuidados de los futbolistas

La controversia también alcanza a la liga de fútbol, la única que se mantiene activa en América Latina en medio de la pandemia, luego que la Federación Nicaragüense de Fútbol (Fenifut) aprobó continuar con los juegos debido a la ausencia de restricciones oficiales.

Se lavan las manos antes del partido, usan alcohol con gel en las pausas y prescinden saludar con las manos a los árbitros y contrincantes.

Al terminar el juego, se colocan tapabocas y regresan a sus casas en buses, taxis o vehículos propios.

Pero no todos están conformes. Al defensa Nasser Valverde, del club Walter Ferreti, le preocupa contraer el virus y contagiar a su hijo y abuelos.

'Me siento un poco triste por la situación, todas las ligas están paradas y aquí seguimos. Gracias a Dios no se ha dicho que hay más casos, eso nos tiene un poco tranquilos', confiesa Valverde a la AFP.