Razones para besar más seguido a tu pareja

Como prefieras: pasionales mordelones o cariñosos, los besos son una caricia que no debes dejar de practicar

  • 03 mar 2017

El beso es uno de los pocos actos humanos que al mismo tiempo inspira creaciones subjetivas como canciones y poemas, y objetivas, medibles, como estudios científicos. “Yo sé que en los mil besos que te he dado en la boca se me fue el corazón. Te he de seguir amando, te seguiré besando aunque me vuelva loca, hasta que me devuelvas el corazón que en besos yo te dejé en la boca”, escribió Emma Elena Valdelamar en su canción Mil besos.

No hay duda, incluso profesionales de la salud, entre ellos el sexólogo David Barrios Martínez, hablan del efecto subjetivo de este acto: “el talante mejora, el estado anímico se va para arriba”, pero no olvida el conocimiento científico que al respecto se ha desarrollado: “antes se pensaba que esta respuesta tenía que ver con el vínculo amoroso, pero ahora se sabe que en un beso están de por medio procesos bioquímicos que favorecen ese estado de euforia”.

El contacto de dos bocas en un beso pasional, intenso, mordelón o de lengüita, dice Barrios, desata una cascada neuroquímica de neurotransmisores y hormonas estimulantes del deseo sexual y una carga energética benéfica para la salud física de los implicados.

El movimiento de por lo menos 17 músculos de la lengua y 11 alrededor de los labios provoca relajación y placer, y una mejor circulación de la sangre en las arterias.

“Hay besos que producen desvaríos/ de amorosa pasión ardiente y loca/ tú los conoces bien son besos míos/ inventados por mí, para tu boca”, así se refirió al beso Gabriela Mistral en su poema Besos.

Sí, en cada beso hay intercambio de gérmenes, pero la saliva que las transporta también contiene fósforo y calcio que favorecen al esmalte de los dientes y, de manera natural, se hace una especie de “barrido” de las células muertas que aleja el mal aliento.

Bésalo antes de salir a trabajar

Mientras los poetas siguen buscando las mejores palabras para definirlo, los científicos prefieren dedicar su tiempo a descubrir más de los efectos del beso, como Arthur Sazbo, psicólogo alemán que comprobó que besar al ser querido, sobre todo por las mañanas, tiene un efecto positivo en el desempeño laboral, pues a más besos, más energía y sensación de plenitud y bienestar para ser productivos.