No permitas que el trabajo arruine tu matrimonio

Las consecuencias del síndrome del 'burn out'está destruyendo muchas familias.

  • 28 sep 2015

Redacción. Los horarios extendidos de trabajo y las presiones laborales inciden en las relaciones de pareja en la actualidad, provocando incluso discusiones y hasta divorcios. Hombres y mujeres están expuestos a este duro régimen laboral, desencadenando en ellos estrés y sus notorios efectos secundarios.

El síndrome de burnout, también conocido como estrés laboral crónico, lleva algunos años siendo estudiado, pues está afectando significativamente a un gran porcentaje de la población. Lo acuña el psicólogo Herber J. Freudemberger en 1974, como el síndrome del 'burnout'. El síndrome describe situaciones prolongadas de estrés emocional e interpersonal generadas por el trabajo.

El síndrome incluye negación de situaciones vividas, fatiga crónica, sensación de ineficacia, desmotivación. Se presenta generalmente en personas cuyos trabajos les exigen estar en constante trato complejo con otras personas, por ejemplo, enfermeros, maestros, cuidadores de personas enfermas, ancianos, personas con discapacidad o de alguna otra manera vulnerables, así como en trabajadores en puestos de atención a públicos complejos o cuyos horarios rebasan las ocho horas de trabajo.

Este tipo de actividades generan un estrés laboral crónico, que se caracteriza por actitudes y sentimientos negativos, primeramente hacia las personas con quienes se trabaja y luego con la familia.

El burnout se reconoce en trabajadores a partir de fenómenos como el ausentismo, disminución de productividad y de la calidad en su servicio, quejas de terceros respecto a su conducta o comportamiento entre los clientes, o cuando comienzan a ser frecuentes las luchas de poder entre compañeros. La persona afectada empieza entonces a experimentar afectaciones físicas y emocionales.

Físicas

Cansancio, agotamiento, falta de energía; se desarrollan enfermedades gástricas, dificultades para dormir, trastornos cardiorrespiratorios, mareos, vértigo, pérdida del sueño y pérdida o aumento del apetito.

Emocionales o psicológicas: Se comienza a desarrollar cierto cinismo, descuido, falta de interés en el trabajo y luego en cuestiones de la vida misma, como los hijos o la pareja. La persona empieza a sentirse ansiosa, desesperada, llegando a tener, inclusive, explosiones de ira o llanto.

Foto: La Prensa

Cuando vives con situaciones tan agobiantes en casa, las relaciones más importantes de tu vida se dañan terriblemente. No lo permitas.

Cómo combatirlo

Ahora, imagina todo esto en tu hogar, en tu esposo o en ti misma y agrega dificultades económicas, niños pequeños que hacen mucho ruido y todas aquellas situaciones estresantes que hay en la vida diaria. ¿Qué podemos hacer?
1. Identificar y aceptar que tienes un problema. Dicen que el primer paso es aceptarlo, y es cierto. Una vez que has identificado el problema, podrás comenzar a conocer al enemigo y afrontarlo. Estar consiente de tus sentimientos y padecimientos te ayudará a tener mayor control de ti misma y de las situaciones estresantes en tu vida.
2. Visitar al médico, al psicólogo y ¡hasta tu líder religioso! Si bien es cierto que muchos síntomas empezarán a disminuir una vez que comiences a enfrentarlos, los problemas de salud deben atenderse a la brevedad con el médico o el especialista correspondiente. Por ejemplo, por estrés pudiste haber desarrollado una úlcera gástrica, pero si descuidas la úlcera, ésta podría desarrollar un cáncer.Lo mismo pasa con las cuestiones psicológicas y emocionales: asistir a un grupo de autoayuda, terapia o platicar con quien te pueda ayudar a manejar tus emociones, hará maravillas. La cuestión de la fe y la espiritualidad siempre será un recurso muy valioso, no lo descartes
3. Sacar tiempo para uno mismo todos los días. Una caminata diaria, acudir al gimnasio, hacer bicicleta, sacar tiempo para escuchar música o leer tu libro favorito, hacer actividades manuales o crucigramas si te gusta. Ha de ser algo que te desconecte totalmente de los problemas y la tensión laboral.
4. Considera un cambio de trabajo o profesión. Cuando ya has hecho todo lo anterior y nada mejora, entonces tal vez sea tiempo de tomar grandes decisiones. Cuando vives con situaciones tan agobiantes en casa, las relaciones más importantes de tu vida se dañan terriblemente. David O. McKay dijo: 'Ningún éxito en la vida compensa el fracaso en el hogar'. Por ningún trabajo o posición vale la pena perder a los tuyos, en ningún trabajo eres indispensable, solo en tu hogar.

Foto: La Prensa

Reserva siempre tiempo para compartir con tu familia, tiene que ser siempre una de tus prioridades.