Aumenta el calor del verano y llegaron las vacaciones de Semana Santa para disfrutar de un viaje en pareja o en familia, pero ¿qué ocurre con la relación de pareja cuando aumentan las horas de convivencia?
En El bisturí, la psicóloga Silvia Arcas ha explorado esta pregunta y ha ofrecido pautas para luchar contra un divorcio anunciado.
Y es que cuando se pasa más tiempo en familia afloran los conflictos no resueltos durante el año. “Los conflictos que no se hablaron y solucionaron en otra temporada no se van a resolver en los días de verano”, asegura la psicóloga.
Cuando se acaban las obligaciones como el trabajo, las tareas del hogar, la rutina diaria o el pago de las facturas se abre un espacio que parece “infinito” para cada miembro de la pareja. “Así sea solo una semana se hacen visibles los conflictos que están inmersos en la rutina”, afirma Arcas.
El deseo y la sexualidad. En este aspecto, “el verano es un momento fantástico para reactivar la vida sexual. Eso de que no hago el amor porque estoy cansado o si lo hago es rápidamente antes de quedarme dormido hay que cambiarlo”, aconseja Arcas. Crear espacios compartidos para hablar y escuchar cómo se siente cada uno, sorprender al otro con algo que le gusta, contribuye a bajar tensiones.