¿El flirteo en la oficina beneficia la relación conyugal?

Estudios recientes revelaron que el coqueteo con terceros refuerza la autoestima y enciende pasiones que luego proyectan en su casa con pareja oficial

  • Actualizado: 12 ene 2016

Redacción. Esta conclusión surge de un estudio realizado por el Instituto IFOP para la agencia Gleeden, especializada en encuentros extraconyugales. Según otra investigación de la misma compañía, en colaboración con el instituto IPSOS Observer, el 30% de los encuestados afirmaron que una aventura extraconyugal podría resultar beneficiosa para la pareja. Esta investigación se hizo n el 2014.

Pero, según nuevos datos, no llegan a las sábanas. El reciente estudio Women's Experiences With Feelings and Attractions for Someone Outside Their Primary Relationship, de las doctoras y académicas estadounidenses Margo Mullinax, Katie Jo Barnhart, Kristen Mark y Debby Herbenick, publicado en el Sex & Marital Therapy, avisa de que las féminas que intervinieron en él tienen claro que los meros flirteos extraoficiales no solo no perjudican su relación sentimental oficial (el 33,8%), sino que incluso les ayudan a aumentar el deseo hacia su pareja (15%).

'A veces, el hecho de flirtear con una tercera persona puede desencadenar en nosotros un estado de excitación que quizás no hayamos sentido durante mucho tiempo con nuestra pareja. Si el coqueteo no va a más, y nuestra relación es sólida, lo que puede ocurrir es que seamos capaces de transferir esos sentimientos de emoción hacia nuestra relación oficial', explica Kristen Mark, profesora y directora del Laboratorio para la Promoción de la Salud Sexual del College of Education de la Universidad de Kentucky.

Es hasta, de algún modo, productivo, ya que, como explica la psicóloga Silvia Congost, experta en autoestima y dependencia emocional y autora del libro Autoestima Automática (Editorial Zenith), estos coqueteos tienen ligeras consecuencias positivas para nuestra personalidad.

'Cuando flirteas con alguien y eres correspondido, vives una experiencia muy placentera a nivel psicobiológico y el hecho de sentir que gustas a otra persona, que alguien de fuera piensa en ti, que te desea, nos hace sentir importantes y valiosos. En cierta medida, podemos decir que nuestra autoestima mejora”, anota.

Coqueteos sanos
Ahora bien. Lo importante es saber qué pasa después. “Desde que el cerebro tiene la primera reacción hasta prever si será amor, pasión o solo un flirteo, hay un abismo”, aclara.

Es decir, que ponerle ojitos a un antiguo novio, reírle las gracias al mejor amigo heterosexual o ronronear como un adolescente con el compañero de trabajo no tiene por qué acabar en un asunto serio, ni fuera ni dentro de las sábanas.

De hecho, como anota el estudio de Mullinax, el 22,5% de las mujeres emparejadas suele sentir atracción por un colega de la oficina, el 21,3% hacia un ex y el 18,8% se decanta por un amigo íntimo. Con una sola consecuencia: convertir este deseo en algo de sal y pimienta para su relación de pareja.

A pesar de las aparentes bondades de estos pensamientos erótico-románticos hacia una tercera persona, hará bien en estar alerta para intuir cuándo echar el freno, sobre todo si no quiere ver cómo su relación estable, que tantas y tan buenas experiencias le ha dado y tanta felicidad le aporta (a pesar de los cotidianos rifirrafes), se va al garete por algo que, para usted, ni siquiera tiene valor emocional.

'Cuando vemos que estamos en un punto en el que podemos perder el control, en el que el deseo crece y ansiamos más, mejor retirarse', aconseja Silvia Congost.