Para la especialista, el éxito o fracaso de viajar solo depende del momento y de las condiciones en las que hemos tomado la decisión. “No es lo mismo que sea una elección propia a que haya sido porque no tenemos a nadie con quien viajar”, añade Vidal, por eso debemos aterrizar nuestras expectativas antes del viaje.
Enfrentar los miedos y ganar seguridad. Vidal explica que el temor a “no ser capaces” aparece desde el primer momento en que pensamos en viajar solos. Posiblemente porque siempre hemos tenido a alguien que nos guíe y nos acompañe en nuestro camino.
Desarrollar habilidades sociales. Según la psicóloga, “combinar la experiencia de viajar solo, con la oportunidad de conocer a otras personas, es un buen complemento”. Tiempo para cuidarnos. Un viaje a solas puede ser la mejor excusa para escuchar tu mente y tu cuerpo en un lugar donde puedas meditar y relajarte. También es la oportunidad para darte gusto, comer saludable, ir a una sesión de masaje en el spa o darte tu misma un masaje de pies con las piedras del mar.