Familia y Hogar
Redacción.
Un estudio reveló que las peleas y discusiones de los padres de familia afectan el cerebro y el desarrollo de los niños.
La investigación publicada en la revista 'Journal of Family Psichology' afirma que los pequeños que viven en hogares conflictivos, en donde ambos padres pelean constantemente, tienden a procesar las emociones de forma diferente a los niños que viven en hogares menos conflictivos.
Otro estudio publicado en la revista 'Child Development' encontró que las peleas, gritos y discusiones provocan estrés en los niños, lo que hace que tengan reacciones como la dilatación de las pupilas, la activación de las glándulas sudoríparas, la contracción de los vasos sanguíneos y la aceleración del corazón.
Estas respuestas pueden traer consecuencias psicológicas a los pequeños. Es por ello que los expertos recomiendan a los padres que controlen sus emociones y no peleen en frente de los niños.
Hecho
Los pequeños que son educados en un ambiente de amor y compresión, se sienten más seguros de sí mismos y tienen mucha confianza en sus padres. En cambio, los niños de hogares conflictivos se convierten en personas inseguras, tímidas y agresivas.