Los beneficios de los juegos 'arriesgados'

Los juegos y actividades al aire libre son de gran importancia para el desarrollo de los niños.

Canadá.

Los niños podrían beneficiarse, física y socialmente, de que se les permita jugar con menos vigilancia de papá y mamá, encuentra una nueva investigación.

Antes, los padres mandaban a sus hijos a jugar al aire libre con la instrucción de 'volver a la hora de la cena'. Pero los tiempos han cambiado, y las preocupaciones sobre la seguridad de los niños (ya sea de que se lesionen o de que un desconocido les haga daño) han conducido a que los niños tengan más actividades estructuradas y menos 'juegos libres'.

Pero las precauciones se pueden exagerar, dicen los expertos.


Beneficios de los juegos 'arriesgados'

La nueva revisión encontró que cuando se permite a los niños que jueguen de formas que conlleven cierta sensación de 'riesgo', como subirse a los árboles o explorar el vecindario, esto parece beneficiar a su desarrollo.

El estudio también halló que esos niños hacían más actividad física que los niños cuyos juegos eran menos aventureros.

'Eso tiene sentido. Los niños que están al aire libre con más frecuencia simplemente son más activos de forma natural', comentó la investigadora líder, Mariana Brussoni, profesora asistente de la Facultad de Salud de la Población y Pública de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver, Canadá.

Pero además de los beneficios físicos, un juego más aventurero puede ayudar a los niños a dar pasos importantes en su desarrollo social, planteó Brussoni.

Cuando no hay un adulto a cargo, explicó, 'los niños aprenden a negociar entre sí, a llevarse bien, y a hacer sus propias reglas'.

Incluso las actividades 'rudas', como la lucha libre o jugar a pelear, podrían ayudar a los niños a llevarse bien, encontró el estudio.

Según Brussoni, eso no es sorprendente. 'Jugar de forma ruda es distinto de pelear o acosar', aseguró. 'No se trata de que un niño intente dominar a otro. Hay una negociación. Uno ajusta la conducta y la fuerza a las del otro niño'.

La revisión incluyó a 21 estudios ya publicados sobre unos 50,000 niños de ocho países distintos y que observaba diferentes tipos de juego 'arriesgado'. Los niños de esos estudios tenían de 7 a 15 años de edad.

En esencia, dijo Brussoni, 'se trata del tipo de juego que todos recordamos de la niñez: subir a árboles, ir rápido en la bici, explorar el vecindario sin una supervisión adulta directa'.

En general, la revisión encontró que ese juego libre no ponía a los niños en ningún peligro en particular. Un estudio encontró que el riesgo de lesiones que ameriten una atención médica era más bajo durante los juegos libres de los niños, en comparación con los deportes.

¿Qué son los juegos no interrumpidos?

'Hay muchas investigaciones buenas que muestran el valor del ’juego no interrumpido’', comentó Rebecca Berry, del Centro de Estudios Infantiles del Centro Médico Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York.

'No interrumpido' significa que los padres dejan que sus hijos se ensucien, trepen por los aparatos del parque, o salgan ellos mismos de un problema menor, sin intentar intervenir de manera inmediata.

Los niños necesitan actividades que no estén dirigidas por un adulto para aprender de verdad, según Berry. 'El juego con el grupo paritario es muy importante', dijo. 'Así es como los niños aprenden a tomar turnos y averiguan que no siempre pueden ser los primeros. Aprenden a manejar sus emociones y afrontar las decepciones'.

Si los adultos siempre dirigen el juego y les dan reglas a los niños, los niños podrían comenzar a depender de esa 'fuente externa', en lugar de obtener confianza en sí mismos, advirtió Berry.