San Pedro Sula. ¿Alguna vez te has sentido abatido y con ganas de esconderte del mundo? Seguro que tu respuesta es afirmativa, y esto les sucede a menudo no solo a los adultos, sino también a los niños. Afortunadamente existen herramientas que ayudan a los pequeños a gestionar este tipo de emociones, y una de ellas es el rincón de la calma.
Quizá el término no te suene muy familiar, pero sin duda es algo que deberías aplicar con tus hijos. “A esto se le conoce como técnica de tiempo fuera positivo, pero es más fácil para los niños llamarle su rincón de la calma. Es una herramienta que les ayuda a pasar por las emociones cuando suceden situaciones que no saben cómo manejar o que les ponen nerviosos, y de esta manera recuperen la serenidad”, dice la psicóloga Liza Zelaya. “Es un recurso que servirá para potenciar en los niños inteligencia emocional y por lo tanto la regulación de sus emociones”.
No es un lugar de castigo. Antes de aplicar esta técnica es necesario que los padres se sienten a platicar con sus hijos, explicar cómo se usa y mostrarles que ese es su lugar seguro, al que pueden ir siempre que estén enfadados, tristes, preocupados, nerviosos “o simplemente cuando quieran estar solos y tranquilos por algún motivo importante”.
Es importante resaltar que el rincón de la calma no es un castigo, sino una herramienta que pueden usar si así lo desean. “Las primeras veces hay que ayudarles, y cuanto más pequeños, más ayuda y compañía necesitarán. Se deben evitar los sermones y palabras fuertes durante este proceso. Poco a poco acudirán ellos solitos”.
El rincón en las escuelas. Alejandra Mejía, docente de educación primaria, dice que el rincón de la calma también se puede emplear en las aulas de clase.
“Es una herramienta que podemos crear en nuestras casas o en las aulas para poder ayudar a los niños. Es una forma de que ellos lo vean también como un juego positivo. En este espacio van aprender a liberar sus emociones de manera pacífica”, concuerda.
De acuerdo con la educadora, esta técnica no solo ayudará a desarrollar la inteligencia emocional de los niños, sino que también “va a influir en el lenguaje asertivo, la convivencia, conocer acerca de los espacios seguros, la conciencia emocional, la autovaloración, el autocontrol y la toma de decisiones”, concluye.
Elementos para crear este espacio:
1. Disponer de un lugar apartado y colocar algo cómodo donde sentarse como una alfombra o una colchoneta. Serán necesarios unos cojines y una caja.
2. Los elementos visuales, como cuentos o libros, son de gran ayuda: mediante elementos llamativos para el niño conseguiremos inhibir otros estímulos y focalizarnos en ese objeto o actividad.
3. Un instrumento musical: se golpea el instrumento y se cierran los ojos, se centra la atención en el sonido (que es muy prolongado y se desvanece). Es muy relajante.
4. Juegos de respiración: coger una piedra con una mano e inspirar profundamente, pasar la piedra a la otra mano mientras expulsamos el aire por la boca. Es útil para obligarlos a centrar la atención en la respiración y el movimiento y así alejar de su mente lo que les agitaba.
5. Papel y lápices para dibujar o escribir cómo me siento (o una carta).