¿Qué material preferir a la hora de renovar tus sartenes? Aquí los pros y los contras de cada uno.
Aluminio. Es liviano y muy fácil de manipular, así como buen conductor térmico y difusor del calor.
Lo malo: se oxida con facilidad y los alimentos tienden a pegarse.
Hierro fundido. Es pesado y resistente. Se considera entre los mejores conductores de calor, ideal para todo tipo de cocciones.
Lo malo: su precio es elevado. Es sensible a golpes y rayaduras.
Cerámica. Antibacterial, robusto y duro, sencillo de limpiar e inmune a rayaduras.
Lo malo: no distribuye el calor de forma homogénea. Es un material de recubrimiento.
Acero inoxidable. Material resistente a choques de temperatura y calor excesivo, no se oxida, no guarda olores y es fácil de limpiar.
Lo malo: es un pésimo conductor del calor y los alimentos tienden a pegarse.
Antiadherentes. Son fáciles de limpiar y permiten cocinar con poca grasa.
Lo malo: no pueden introducirse al horno, pues no resisten más de 300 °C. Son sensibles a golpes y rayaduras.