Caminar durante apenas 6 meses podría ayudar al cerebro que envejece

Un estilo de vida saludable puede ayudar a proteger al cerebro durante el envejecimiento

Estados Unidos

Caminar y otros tipos de ejercicio moderado podrían ayudar a rejuvenecer a los adultos mayores que están perdiendo su agudeza mental, encuentra un nuevo ensayo clínico.

El estudio se enfocó en adultos mayores que tenían unos problemas más leves con la memoria y las habilidades de pensamiento. Los investigadores encontraron que seis meses de ejercicio moderado (caminar o pedalear en una bicicleta estacionaria) revirtieron algunos de esos problemas.

En concreto, los que hicieron ejercicio experimentaron mejoras en su función ejecutiva, que es la capacidad del cerebro de prestar atención, regular la conducta, organizarse y alcanzar las metas. Y los que también realizaron algunos cambios saludables en la dieta, por ejemplo comer más frutas y verduras, mostraron unas ganancias un poco más grandes.

El efecto fue equivalente a reducir unos nueve años de la edad del cerebro, señaló el investigador principal, James Blumenthal, profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke en Durham, Carolina del Norte.

Al contrario, esas mismas capacidades mentales siguieron declinando entre los participantes del estudio que solo recibieron una educación en salud.

Los expertos afirmaron que los hallazgos respaldan el concepto general de que un estilo de vida saludable puede ayudar a proteger al cerebro durante el envejecimiento.

'Y nunca es demasiado tarde para comenzar', aseguró Keith Fargo, director de programas científicos y alcance de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer’s Association). 'Las personas de este estudio eran mayores, ya tenían deterioro cognitivo [mental] y factores de riesgo cardiovascular, y eran sedentarias'.

Fargo, que no participó en la investigación, describió los hallazgos como 'una excelente noticia'.

Dijo que se debe en gran parte a que fue un ensayo clínico que de verdad evaluó el ejercicio. Muchos estudios anteriores han encontrado que las personas físicamente activas tienden a tener una mayor aptitud mental al envejecer. Pero esos estudios no prueban causalidad, anotó Fargo. Los ensayos clínicos sí.

Blumenthal se hizo eco del mensaje de que 'nunca es tarde', y también dijo que la rutina de ejercicio utilizada en el ensayo era muy accesible. Las personas caminaron o usaron una bicicleta estacionaria tres veces por semana, durante 35 minutos con un calentamiento de 10 minutos.

'No entrenaron para un maratón', añadió.

Blumenthal indicó lo mismo sobre los cambios en la dieta que algunos participantes hicieron. Siguieron la dieta llamada DASH, que se recomienda de forma rutinaria a las personas con hipertensión. Es rica en frutas, verduras, granos integrales y grasas insaturadas saludables, y baja en sodio, azúcar, y carne y lácteos ricos en grasas saturadas.

Fargo se mostró de acuerdo en que esos cambios están al alcance de la mayoría de adultos mayores. 'Casi todo el mundo puede levantarse y sudar unas cuantas veces por semana', dijo. 'Casi todo el mundo puede comer más frutas y verduras'.

En el estudio, el equipo de Blumenthal reclutó a 160 adultos de a partir de 55 años de edad que tenían problemas con la memoria y las capacidades de pensamiento. Unas pruebas objetivas confirmaron que tenían señales de deterioro.

Ninguno tenía una demencia en toda regla, como la enfermedad de Alzheimer. Pero al inicio, el rendimiento del grupo en las pruebas de la función ejecutiva fue similar a la de las personas que tenían poco más de 90 años, aunque su edad promedio real era de unos 65 años.

Los participantes fueron asignados aleatoriamente a uno de cuatro grupos: uno que hizo ejercicio, uno que siguió la dieta DASH, uno que hizo ejercicio y cambió a la dieta, y otro que solo recibió educación en salud.

Tras seis meses, ambos grupos de ejercicio mostraron mejoras en las pruebas de la función ejecutiva, mientras que el grupo de educación en salud siguió en declive. A las que mejor pareció irles fue a las personas que hicieron ejercicio y siguieron la dieta DASH, pero la dieta sola no planteó una diferencia estadísticamente significativa.

Blumenthal enfatizó que el grupo del estudio fue pequeño, lo que hace que determinar los efectos de cada intervención resulte más difícil. Comentó que todavía se necesitan estudios de mayor tamaño.

Tampoco está claro si el ejercicio y la dieta pueden, en última instancia, retrasar o prevenir la demencia en toda regla en algunas personas.

¿Por qué el ejercicio y una dieta saludable ayudarían con las habilidades de pensamiento?

No está claro, dijo Blumenthal. Pero en este estudio, hubo una correlación entre las mejoras en la aptitud física y el rendimiento de las personas en las pruebas. De forma similar, si sus factores de riesgo de la enfermedad cardiaca mejoraban (por ejemplo, una reducción en la presión arterial), sus puntuaciones en las pruebas también aumentaban.

Según Fargo, esto es coherente con la teoría de que un flujo sanguíneo y de oxígeno más sano en el cerebro podría mejorar la agudeza mental de los adultos mayores.

Anotó que la Asociación del Alzheimer está iniciando un ensayo que evaluará una combinación de cambios en el estilo de vida: ejercicio y dieta, más implicación social y actividades mentalmente estimulantes como los rompecabezas y los crucigramas.

Observará si esas medidas pueden proteger a la función mental en los adultos mayores que tienen un riesgo más alto de declive.

El estudio aparece en la edición en línea del 19 de diciembre de la revista Neurology.

Más información

La Asociación del Alzheimer sugiere 10 Formas de amar a su cerebro (10 Ways to Love Your Brain).