Redacción. La alcohorexia o ebriorexia son términos recientemente acuñados por algunos psicoterapeutas para hacer referencia a conductas relacionadas con la anorexia, la bulimia y el comer compulsivamente.
Quien padece este problema se priva del alimento para abusar del alcohol sin miedo a ganar calorías de más, o bien, utiliza bebidas embriagantes como vomitivos para expulsar los alimentos ingeridos después de un hartazgo.
Pese a que en nuestro país no existen datos consistentes sobre la recurrencia de estos comportamientos, en la última década ha existido un aumento en la demanda de tratamientos contra éstos.
Además, de acuerdo con el libro “Trastornos alimentarios” de la psicóloga Cecilia Silva, se sabe que cada vez comienzan a presentarse en edades más tempranas, tanto en hombres como en mujeres, incrementándose con ello el riesgo de que más personas afectadas fallezcan a consecuencia de este tipo de males.
Causas
Las razones de este problema son de muy diversa índole, sin embargo, es desde la infancia cuando se genera la raíz del trastorno, pues está asociado con la educación que se recibe desde la temprana edad.
“A veces, los padres de familia transmiten fobias a los hijos, como podría ser el temor exagerado al sobrepeso, o se les exige demasiado en numerosos aspectos de su vida.
Esto, a la larga genera una enorme ansiedad en los niños”, señala Andrea Weitzner, psicoterapeuta y autora de numerosos libros sobre el tema, entre los que destaca: El ABC de los desórdenes alimenticios.
El tratamiento de este trastorno precisa la ayuda de un nutricionista y un profesional en salud mental. Debemos conseguir que la persona afectada lleve una alimentación saludable y que acabe con la adicción que está llevando.
Estigmas, superchicas y superproblemas
Aunque la alcohorexia puede afectar a varones y mujeres por igual, el fenómeno es más característico entre las jóvenes universitarias, en quienes suelen presentarse altas exigencias sociales, como destacar académicamente, trabajar, ser exitosas, tener un cuerpo de modelo, entre otras.
Estos hechos propician que este tipo de trastornos figuren como mecanismos de adaptación y un arma de sustento ante la enorme competitividad y la doble moral que implica, por un lado, la supuesta liberación femenina, pero por otro, la velada discriminación y la falta de oportunidades, tanto laborales como académicas que aún sufren muchas mujeres.
“Se ha intentado crear la figura de una ‘superchica’: exitosa, trabajadora, liberada y con una figura física envidiable, sin embargo, esto es muy confuso pues en las relaciones interpersonales existe todavía una falsa igualdad entre el varón y la mujer”.
Curar, no esconder
La especialista coincide en que una buena mayoría de los casos de alcohorexia se presenta como una especie de ramificación de un problema principal, en el que la causa fundamental pudiera deberse a una combinación de trastornos relacionados con la alimentación.
El asunto es de tal magnitud que en la terapéutica se debe abordar como algo especial, dada la relación entre desórdenes alimenticios y alcoholismo.Otro aspecto fundamental es establecer urgentemente programas de información y capacitación sobre el tema, tanto para padres de familia como para autoridades académicas.
SÍNTOMAS
1. Evita comer o no hace los tres tiempos.
2. En mujeres se genera una caída constante del cabello.
3. Paranoia con engordar, aún estando delgado.
4. Bebe alcohol con mucha frecuencia, se convierte en una necesidad.
5. Sufre cambios de humor que van desde irritación hasta susceptibilidad .
