A medida que las mujeres cruzan la barrera de los 30 años, el cuerpo experimenta una serie de cambios naturales derivados del envejecimiento, el estilo de vida y los factores hormonales.
Aunque estos cambios son completamente normales, es esencial conocerlos y adoptar hábitos que ayuden a mantener la salud y el bienestar a lo largo de los años.
El doctor Alex Wolozny, ginecólogo y obstetra de San Pedro Sula, nos comparte más detalles sobre este tema.
Cambios en la menstruación.
Uno de los primeros cambios que las mujeres pueden notar después de los 30 años es la alteración de su ciclo menstrual.
“La menstruación es el reflejo de una serie de órganos y un sistema endocrino, o sea, hormonas, funcionando en el cuerpo de una persona, en este caso, una mujer. A medida avanza la edad, la menstruación se puede ver afectada, ya sea en la frecuencia en que se presenta o en el volumen de la sangre producida. El problema de esto es que es totalmente impredecible, una mujer debe después de los 30 someterse a un chequeo ginecológico anual para estar segura de que todo esté en orden”.
Sobre este tema, el doctor Wolozny dice que “el chequeo ginecológico yo lo recomiendo que se haga de forma anual, siempre y cuando en el pasado no haya salido algún problema o alteración que amerite revisar antes de un año. En un chequeo debería de incluirse la citología, también en ciertos lugares ya practican la colposcopia con biopsia, también en forma anual, y ultrasonido pélvico. Eso debe ser lo mínimo que una mujer en esta edad o incluso más joven debería hacer año con año”, recomienda el profesional de la salud.
Metabolismo más lento.
Con el paso de los años, el metabolismo tiende a disminuir, lo que puede hacer que sea más fácil ganar peso si no se ajusta la alimentación y el nivel de actividad física.
“Todo está relacionado, todo es una cadena. El sistema endocrino, en general, no solo el reproductor, inclusive la tiroides, que es otra glándula, que es parte del sistema endocrino, se puede ver afectada y su función puede estar ya en decadencia. ¿Y qué significa eso? Pues cambios conductuales, emocionales e inclusive en el peso. La tiroides está muy relacionada con el metabolismo de una persona. Cuando una persona tiene un metabolismo muy rápido absorbe los nutrientes de una comida y se almacenan menos, y cuando una persona tiene un metabolismo lento, se da más tiempo a que estos nutrientes se almacenen en la bodega del cuerpo, y esto causa una redistribución de la grasa en ciertas zonas del cuerpo, y por esto se tiende a perder la habilidad de bajar rápido de peso”, explica.
Si bien el experto indica que después de los 30 años es más difícil perder peso, asegura que aquellas mujeres que han llevado un estilo de vida saludable desde su juventud, y que practican ejercicio regularmente, tienen mayor ventaja en cuanto a mantener su peso. “Aquellas mujeres que desde muchos años atrás están acostumbradas a hacer ejercicio, a visitar un gimnasio, estos años no las toman desprevenidas. Entonces para estas mujeres es mucho más fácil perder peso”.
Ante esto, los expertos en salud dan algunas recomendaciones:
Dieta equilibrada. Consumir alimentos ricos en proteínas, fibra, grasas saludables y antioxidantes ayuda a mantener la piel, los músculos y la energía en óptimas condiciones.
Ejercicio regular. Incluir actividad física, como entrenamiento de fuerza, yoga y cardio, es esencial para mantener la masa muscular, la salud ósea y un metabolismo activo.
Hidratación constante. Beber suficiente agua ayuda a mantener la piel hidratada y favorece el funcionamiento óptimo del cuerpo. Trate de reducir los niveles de azúcar.
Priorizar el descanso. Dormir entre 7 y 9 horas diarias mejora la regeneración celular y el bienestar emocional. El descanso adecuado también mejorará su apariencia.
La fertilidad también disminuye.
Un tema que preocupa a muchas mujeres mayores de 30 años es el poder concebir, ya que muchas esperan a estar realizadas económicamente y estar con una pareja estable para poder formar una familia. Sin embargo, a partir de los 30, la fertilidad femenina empieza a disminuir, y después de los 35 el ritmo se acelera.
Sin embargo, no todo está perdido, y muchas chicas de 30 en adelante, e incluso en sus 40, todavía pueden realizar su sueño de convertirse en madres. Así lo explica el doctor Wolozny:
“La mayor incidencia de fertilidad de una mujer se da a los 24 años. Cuando una mujer se aleja, ya sea en menor o mayor edad, de los 24 años, la tasa de fertilidad se ve afectada. Claro, la incidencia disminuye considerablemente. Y también pareciera que la calidad del óvulo va en detrimento, y a veces predispone, pero no es un hecho, a la aparición de ciertos síndromes que pueden en algún momento dado presentarse en un recién nacido. Sin embargo, tengo pacientes de 41 años, de 43 años, que han llevado sus embarazos a feliz término”.
“Esto no condena a nadie, y a pesar de que la tasa de fertilidad baja, esto no debería quitarle el anhelo a una mujer de llegar a ser madre”.
Y sobre los cuidados de una mujer de más de 35 años que logra concebir, el experto recomienda prepararse desde antes con exámenes médicos.
“Hay que cuidarse de las enfermedades infecciosas; por ejemplo, en nuestro medio hay mucha toxoplasmosis. Lo ideal sería que antes de encargar un bebé acuda con su ginecólogo y se someta a un chequeo médico y laboratorial completo, el cual va a incluir ciertas infecciones. Otro de los cuidados importantes, y no solo en las mujeres mayores de 30, es que deben ingerir folatos. Definitivamente el ácido fólico no le debe faltar”, concluye.
