Cada vez se está volviendo más recurrente, durante un recorrido por Europa, realizar una visita a Budapest. Si llega a ir a este destino y cuenta con poco tiempo, aquí hay un plan para que pueda disfrutar.
Mercado húngaro
El Mercado Central de Budapest es perfecto para conocer la gastronomía húngara. En la parte de arriba se pueden encontrar pequeños locales que ofrecen platillos típicos como el goulash, guiso que ha dado celebridad a la cocina húngara en el mundo, se compone originalmente de grandes trozos de carne de carnero, res o cerdo que los pastores secaban al sol y guardaban en pellejos de tripa de oveja; o bien, el pörkölt (trozos de carne con un caldo de pimentón). En este sitio, se tiene la oportunidad de compartir la mesa tanto con lugareños como con turistas.
Este sitio es el más grande de los cinco mercados que se abrieron en la ciudad a finales del siglo 19, y en el que se puede comprar páprika (pimentón) y artesanías entre las que destacan bordados y porcelanas.
Toma nota: El mercado no abre los domingos; sin embargo, en la zona aledaña hay varios comercios que sí abren y en los que es posible probar comida local. Además, desde esta área la vista del Danubio es digna para una fotografía.
Grandeza religiosa
No es necesario ser creyente para disfrutar la majestuosidad de la Basílica de San Esteban. Es el edificio religioso más grande del país, con capacidad para poco más de 8 mil 500 personas. Para acceder al recinto se pide hacer un donativo de 2 euros.
Entre abril y octubre es posible subir a la torre derecha de la basílica, dicho acceso tiene un costo adicional y varía dependiendo de la temporada. Ahí se encuentra la campana más pesada (con nueve toneladas) de Hungría.
Toma nota: Alrededor de la Basílica hay varias tiendas de souvenirs. Aunque cabe mencionar que los precios son mucho más altos que en otros puntos de la ciudad.
Todo un palacio
El restaurante New York Café está ubicado en el corazón del Boscolo Hotel y es una parada obligada para todo el que visita Budapest. Sus techos presumen frescos de artistas como Gustav Mannheimer y Ferenc Eisenhut.
Debido a que su arquitectura es suntuosa, el viajero realmente tiene la sensación de que se está comiendo en un palacio. Cuentan los meseros que el escritor Ferenc Molnár tiró las llaves de este café en el Danubio para que nunca pudiese cerrar.
Toma nota: En este sitio son muy buenas las ensaladas, las pastas y los cortes de carne; pero nadie debe irse sin pobrar los postres, en especial, los deliciosos helados.
Relajación total
Sus instalaciones son de ensueño, y su trato también. El Royal Spa, ubicado en el Hotel Corinthia, es el lugar ideal para tomar un facial, masaje o baño de vapor.
Fue inaugurado en 1886, pero ha sido remodelado tanto para presumir su esplendor original, como para ofrecer las más modernas instalaciones y una amplia gama de tratamientos.
Como en este sitio lo más importante es la relajación total no se permite el acceso con ningún tipo de aparato electrónico.
Toma nota: Destacan los masajes con sales y aceites, para las damas; los masajes de hombros, cuello y cara, para los caballeros y también se imparten clases de yoga para parejas.