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Cataratas Victoria, un vértigo que cautiva

  • Actualizado: 04 noviembre 2014 /

Zambia regala la posibilidad de ver bellos paisajes al tiempo que se obtienen descargas de adrenalina

Livingstone, Zambia.

Existen pocos países que permiten al viajero zambullirse a fondo en la naturaleza sin tener que tomar demasiadas precauciones. Zambia es uno de ellos y su disponibilidad para poner al turista en contacto con el entorno se confirma en el área de las Cataratas Victoria, donde rompe a lo grande el río Zambeze para generar uno de los espectáculos acuáticos más fascinantes del planeta.

Solo hay que llegar en lancha a la isla de Livingstone y desde allí caminar hasta el borde de las cataratas que se encuentra despejado, sin vallas de contención entre el visitante y la impactante caída fluvial.

Salvo la presencia del guía, que impide a los más osados acercarse a menos de 50 centímetros del abismo en el que revienta, 80 metros más abajo, el imponente río africano, no hay más acompañamiento ni barreras para los que deciden asomarse al acantilado y poner a prueba su vértigo a escaso medio metro del atronador sumidero.

Hay varias maneras de disfrutar de las cataratas que se extienden por una brecha de casi dos kilómetros de largo y que en su mejor época de lluvias forman una nube de vapor en suspensión que se divisa desde un kilómetro a la redonda.

La estampa más estremecedora es la que se experimenta desde el islote de Livingstone, ubicado en el tramo final del río y desde la que se ve el torrente a una distancia de infarto. Para ello hay que embarcar en una lancha que zarpa desde el hotel Royal Livingstone, que también adopta el apellido del explorador británico que descubrió en el siglo 19 las cataratas Victoria y que se halla omnipresente en Zambia.

La lancha cubre la travesía hasta el islote en apenas 10 minutos. Los amantes del riesgo, además de contemplar la caída en picada del Zambeze, pueden darse un adrenalínico chapuzón en la llamada Alberca del Diablo.

Se trata de una pequeña poza de aguas tranquilas situada al filo de las cataratas y a la que se llega con unas cuantas brazadas desde la isla Livingstone, con la ayuda de los experimentados guías africanos.

La peculiar alberca que desafía todas las alturas imaginables es accesible en época de sequía, de mayo a septiembre, cuando el Zambeze desemboca con su caudal mermado y permite que se genere este remanso al que solo un precario muro de roca natural separa del abismo. Apenas hay 100 metros desde la isla Livingstone hasta la poza del Diablo.

Pero es necesario nadar contracorriente durante unos 20 metros para vadear el río, no tanto por la profundidad de las aguas como por las piedras filosas del lecho, que impiden llegar caminando hasta la poza.

Foto: La Prensa


La corriente no es demasiado fuerte, pero impone
Todavía impresiona más la advertencia de los guías cuando, antes de iniciar la travesía, señalan con el dedo dos cuerdas paralelas tendidas sobre el vacío, a escasos metros de las cataratas.
Las lianas son el último recurso para el nadador inexperto, un salvavidas rudimentario para el turista que no logra vencer la corriente del río y es arrastrado hacia el sumidero, por lo que sólo le queda aferrarse a las cuerdas para no despeñarse.

Pero existen otras perspectivas, menos vertiginosas, para ver esta gala acuática en la que el arco iris está instalado de manera permanente para desdoblarse una y otra vez entre la bruma.
Una de ellas la ofrece el hotel Zambezi Sun, desde el que se puede ir paseando hasta uno de los muchos tramos de las cataratas para admirar una postal más sosegada de las mismas.

Cuándo ir
Durante la temporada seca, entre mayo y septiembre. Hay menos mosquitos y el clima es más agradable.

Dónde dormir
Hay buenos hoteles en al área de la ciudad de Livingstone y Victoria Falls: el Zambezi Sun, el señorial Royal Livingstone o The David Livingstone. Algo en plena naturaleza, sin renunciar al confort y con safaris a la medida: el Thorn Tree River Lodge.

Qué comer
El 'porridge', uno de los platos más populares cocinado con maíz o soya y con carnes de pollo y cerdo. Opciones para saborear la comida local son el Café Zambezi o el Elephant Oasis Bush Dinners, en la ciudad de Livingstone.

Tome en cuenta
Zambia es zona endémica de malaria por lo que hay que tomar comprimidos profilácticos contra el paludismo. Si se arriba por el aeropuerto de Johannesburgo, Sudáfrica, es necesario vacunarse también contra la fiebre amarilla.
Más información
www.zambiatourism.com

Foto: La Prensa