La mejor manera de ingresar al mundo del aeromodelismo es a través de un simulador, en sí un videojuego con el que además de entrenarse se puede jugar individualmente o en red con otros aficionados de todo el mundo.
El aeromodelismo es un deporte-hobby que comprende desde el diseño y la construcción artesanal de maquetas para su radiocontrol, hasta el vuelo extremo que desarrollan los helicópteros más avanzados técnicamente, donde la habilidad y pericia del piloto suponen el mayor reto, pasando por aviones acrobáticos, veleros, motoveleros, autogiros y cualquier otro engendro volador que funcione.
Aunque el aeromodelismo se utiliza generalmente con fines recreativos, también es usado en aplicaciones tales como fotografía aérea de baja altura, filmación, policía y observación a distancia e inspección. Los helicópteros y aviones radiocontrolados son difíciles de manejar, pero también pueden ser un hobby muy gratificante; con entrenamiento y ganas no hay nada imposible.
A la hora de iniciarse, los simuladores permiten al alumno tener la sensación de volar desde el primer momento, facilitando enormemente la ardua tarea de adentrarse en este deporte científico, sobre todo en el manejo de helicópteros, donde la complejidad es mucho mayor al ser un artefacto inestable por naturaleza.
Simuladores para aprender
El videojuego simula el vuelo de un aeromodelo real de radiocontrol, tanto en los controles como la física de vuelo, viento, averías, entre otras, permitiendo utilizar los distintos modelos del mercado y sirviendo como plataforma de aprendizaje para los pilotos, tanto aficionados como de competición, que ensayan las figuras más arriesgadas hasta dominar completamente su técnica. Es entonces cuando se plasman en el campo las habilidades adquiridas en el juego, las cuales hay que perfeccionar hasta hacerlas realidad.
Hay muchos simuladores en el mercado, algunos gratuitos, aunque es aconsejable invertir un poco de dinero y conseguir alguno con mayor resolución y capacidad. Los más conocidos son Realflight Simulator y Phoenix, vienen con una emisora, transmisor, igual a una real, pero que se conecta con una entrada USB a la computadora.
Entre los simuladores gratuitos destaca FlightGear, software de código abierto. Entre sus características están los 20 mil aeropuertos reales y animación instrumental extremadamente fluida y suave. Modela de una forma realista el comportamiento de los instrumentos del mundo real. Incluso reproduce de forma precisa los fallos de muchos sistemas e instrumentos.
El gran aporte de los simuladores es que con ellos la curva de aprendizaje es mucho más corta que si se tiene que hacer solamente en la realidad. Las sesiones previas necesarias permiten volar el primer día de campo a un nivel al que antiguamente se llegaba tras varios meses de práctica y entrenamiento real.
Además el videojuego se paga en una sesión, ya que el costo de un solo accidente de un avión o helicóptero radiocontrolado real puede ser mayor.
También destacan otras técnicas como el vuelo virtual denominado FPV, flight virtual cockpit, que consiste básicamente en la colocación de una videocámara en la pequeña aeronave, que envía una señal al piloto, el cual mediante unas gafas de video o un monitor vuela virtualmente, pudiéndose distanciar varios kilómetros y apreciando sensaciones similares a lo que supondría estar pilotando una aeronave real.
