A la Penitenciaria Nacional Marco Aurelio Soto (PNMAS), en el valle de Támara, Francisco Morazán, fueron trasladados ayer, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, nueve elementos de la Tropa de Inteligencia y Grupos de Respuesta Especial de Seguridad (Tigres).
El comisario Fajardo, quien solo quiso identificarse por su apellido, director del centro de detención preventiva del Escuadrón de Operaciones Especiales Cobras, dijo que el traslado se produjo a las 8:00 am por instrucciones del Instituto Nacional Penitenciario (INP).
Según la nota enviada por las autoridades carcelarias, la razón del traslado es que el centro de detención solo tiene capacidad para 10 personas y había 16 recluidas, entre ellas los nueve policías Tigres y ocho personas ligadas al cartel de los hermanos Valle. Los acusados fueron resguardados por tres patrullas de la Policía Nacional.
Se conoció que entre los uniformados trasladados a la PNMAS se encuentran dos comisarios, un subinspector y seis agentes.
Los policías son Elmer Mendoza, Alejandro Díaz, Luis Godoy, Guillermo Urbina, Obed Hernández, Gerson Alemán, Edwin Midence, Lot Avelar y Pedro Zúniga.
Delitos por el que los acusan. Los sujetos antes mencionados permanecen recluidos por suponerlos responsables del hurto de 1.3 millones de dólares del botín de los hermanos Valle Valle, acusados de narcotráfico y extraditados a Estados Unidos.
El robo se produjo el 5 de octubre de 2014, cuando un escuadrón de la Policía Tigres capturó a los hermanos Miguel Arnulfo y Luis Alonso Valle Valle, presuntos cabecillas del cartel familiar dedicado al tráfico ilegal de drogas.
Durante el operativo de captura, las autoridades descubrieron una caleta en la cual encontraron más de 11 millones de dólares, pero con los días se supo que un grupo de agentes había sustraído 1.3 millones que formaban parte del botín de los ahora extraditados.
Identificar a los uniformados que participaron en el robo no fue difícil para las autoridades, pues ellos mismos se encargaron de ponerse en evidencia al presumir de los lujos que estaban adquiriendo con dicho dinero. Las autoridades informaron que en la cárcel de máxima seguridad los agentes no correrán ningún peligro porque las medidas son muy estrictas.
Sin embargo, fuentes policiales dijeron que estaban más seguros en las instalaciones de los Cobras que en Támara, donde deberán compartir espacio con delincuentes de alta peligrosidad.