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Tras la limosna se oculta explotación infantil en San Pedro Sula

  • 12 enero 2015 /

Por 50 o 100 lempiras, las niñas ofrecen servicios a los conductores.

San Pedro Sula, Honduras

Nadie sospecharía que detrás de la simple mendicidad que a diario se vive en las calles sampedranas se esconde la explotación de menores a plena luz del día.

Las niñas esperan que la luz roja de un semáforo les abra paso para circular en medio de la fila de vehículos y colgarse de los cabezales de las rastras o acercarse a las ventanillas de los autos para ofrecer servicios sexuales.

Eran las 3:00 pm, cuando un vehículo Hyundai Elantra gris que llevaba puestas las luces intermitentes se estacionó en la 7 calle de la avenida Juan Pablo II de San Pedro Sula. Tras estacionarse, una de las niñas que a diario pide dinero en el sector se acercó al automotor e inició una conversación con el conductor. “Me das 50 lempiras. Mira que hoy solo he conseguido 10 pesos y tengo que conseguir más”, dijo la menor que apenas ronda los 12 años.

El hombre sorprendido por la cantidad le preguntó a la niña por qué pedía los 50 lempiras. Y sin inmutarse la pequeña respondió: “Es para tocarte”. Junto a la menor se encontraba otro grupo de niñas que todos los días llegan al punto para pedir limosna y ofrecer servicios a los motoristas que hacen el alto cuando el semáforo está en rojo.

Por varios días, un equipo de la Unidad de Investigación de LA PRENSA realizó un seguimiento en la avenida Circunvalación de San Pedro Sula con el fin de constatar la situación de los niños, niñas y adolescentes explotados en este punto de la ciudad.

A eso de las 12:00 del mediodía, unas cinco menores entre los 11 y 16 años se ubican en diferentes puntos de la avenida Circunvalación. Aparentemente piden limosna, pero algunas hasta se suben a los vehículos para irse con los conductores que aceptan tener intimidad con las pequeñas.

Cada movimiento de las niñas y niños es vigilado sigilosamente por personas que explotan sexualmente a los y las menores. A diario, en los alrededores de la avenida Juan Pablo II, dos mujeres observan los movimientos de las niñas, quienes deben cumplir con una “cuota” diaria que estas les exigen.

“Tenemos información de que algunas mujeres alquilan a menores a sus madres para trabajar en la mendicidad o explotarlos. Les imponen una tarifa diaria que deben entregar al finalizar el día. Estamos siguiendo la pista de estas personas para corroborar si operan solas o son parte de una red”, dijo un investigador de la Dirección Nacional de Servicios Especiales de Investigación (DNSEI).

Captadas en video

LA PRENSA obtuvo un video que muestra la operación de las menores que escondidas bajo la mendicidad ofrecen servicios. “Lo toco, pero nada más; lo demás no. Yo me subo al carro, pero no me vaya a hacer nada malo. Eso sí: solo un ratito”, dijo la menor con total tranquilidad.

La niña captada en el video aseguró que no llega sola a la avenida Juan Pablo II; siempre la acompaña una hermana y primos que se ubican en diferentes puntos para pedir. “Mis primos están conmigo; ellos me cuidan. Aquí solo venimos a pedir. Pero por 50 lempiras lo toco, yo solo me dejo tocar. Mi mamá no sabe, solo yo. Mi papá trabaja en el otro semáforo y una hermana también pide en este punto”, relató la menor a uno de sus clientes.

La menor asegura que tener intimidad con los conductores le da miedo. “Si viene más tarde va a estar la otra que anda conmigo y esa güirra sí lo hace si le pagan 100 pesos. Yo solo me dejo tocar; la intimidad me da miedo. Yo solo toco”, expresó la pequeña.

Después de pasar varios minutos en el interior del vehículo, la niña salió con los 50 lempiras y regresó a la calle para seguir pidiendo y acercarse a otros conductores a quienes con un “regáleme dinero” ofreció momentos de placer a cambio de un billete de 50 o 100 lempiras.

Foto: La Prensa

El bulevar Juan Pablo Segundo se ha vuelto el punto de referencia donde se ubica a niñas de 12 a 16 años, quienes, pidiendo limosna mientras los semáforos están en rojo, disfrazan la explotación sexual.