“Creo que mi hija murió feliz, porque estaba donde ella amaba y donde quería”, dijo ayer el médico panameño Víctor Rivera, padre de María Carla Rivera Tejada, estudiante de El Zamorano, que falleció tratando de sofocar las llamas de un incendio forestal en el cerro Uyuca.
Los restos de la joven de 18 años fueron llevados ayer a Panamá. Sus compañeros y profesores la amaban y la siguen amando y recordando, indicó el padre de la víctima.
Reveló que Rivera Tejada era la segunda de tres hijas; la mayor está en tercer año en la misma institución educativa.
Pide a Dios
“Le pedimos a Dios que nos dé la fortaleza para poder discernir qué pasó, qué vamos a hacer y cómo vamos a superarlo”.
Rivera agradeció la colaboración del pueblo hondureño, diplomáticos de Panamá y del extranjero y también al presidente de la República, Manuel Zelaya Rosales, porque esto los ha fortalecido.
“Me llevo los restos mortales de María Carla, pero su amor quedará aquí; les pido que no vuelva a ocurrir este tipo de eventos tan lamentables”.
Rivera sugirió que no se puede permitir que los seres humanos arruinen la riqueza que Dios ha dado y que por eso se exponga la vida de seres, como su hija, quien murió tratando de corregir errores que otros provocaron.
La joven falleció calcinada la tarde del lunes, una llama la alcanzó mientras luchaba contra la hoguera que consumía el bosque y sus especies.