Norma Rodríguez madre de la fallecida estudiante de enfermería, Keyla Martínez (26), publicó en redes sociales una carta abierta dirigida al pueblo hondureño en la que cuestiona por qué han abandonado a su familia.
La desconsolada mamá aprovechó para continuar exigiendo justicia en el caso de su hija, quien fue hallada sin vida en una celda en la posta policial de La Esperanza, Intibucá.
La hondureña también relata que lleva ocho meses llorando el terrible deceso de su hija, clamando por apoyo para que los culpables paguen ante las autoridades.
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Carta pública
Compatriotas:
Me dirijo a ustedes, pidiendo su apoyo para exigir justicia por la muerte de mi hija Keyla Patricia Rodríguez, asesinada en una celda policial. Keyla fue detenida en La Esperanza, Intibucá, el 6 de febrero de 2021, a las 11:55 pm en compañia del doctor Edgar José Velásquez Orellana.
Menos de tres horas después fue llevada al Hospital Enrique Aguilar Cerrato, sin signos vitales y con señales de tortura. En un intento por ocultar el crimen, el jefe de la estación policial, Subcomisionado Melvin Alvarenga, leyó un comunicado donde afirma que mi hija se suicidó.
El Dr. Edgar Velásquez declaró ante medios de comunicación que Keyla se suicidó, que fue testigo cuando la sacaron amarrada a un suéter con el que se colgó de los barrotes de la celda.
Declaraciones desmentidas por el dictamen de Medicina Forense, que certificó que la causa de su muerte fue por asfixia mecánica. Me la asesinaron por estrangulación y obstrucción de las vías respiratorias, imposible de hacer por un solo asesino.
Desde esa fecha, mi familia y yo hemos emprendido una lucha para que entreguen a los responsables, pero todo el sistema judicial de Honduras está en nuestra contra.
Pocos han hecho bien su trabajo. Desde el fiscal John César Mejía, quién no aseguró la escena del crimen, la ATIC que no hizo una investigación imparcial, el Ministerio Público que sólo giró órden de captura contra Jarol Perdomo Sarmiento, dejando sin posibilidad de castigo a los demás implicados, hasta los 3 jueces de la Corte de Apelaciones de Comayagua Rubén Rivera Flores, Mirtila Lizeth Romero y Omar Bonilla, quienes cambiaron el delito del único acusado de feminicidio agravado a homicidio simple, A pesar de todas las pruebas, con la finalidad de reducirle la pena, si es que lo sentencian.
Como quién dice que a Keyla le quitaron la vida por accidente, que no querían asesinarla. Que las señales de golpes en su cabeza y su oreja, los hematomas en su boca y cuello, las marcas de esposas en sus muñecas y las heridas en sus manos se las hicieron sin mala intención. Que su muerte fue sin querer.
Y quieren además, que creamos esa vil mentira. Hemos organizado marchas, plantones y campañas en las redes sociales denunciando el feminicidio de mi hija y con profunda tristeza me doy cuenta de que tienen poco impacto, que pocos comparten las publicaciones y casi nadie nos acompaña en esas marchas.
Y yo me pregunto... ¿Por qué estamos solos en esta lucha? ¿Por qué la mayoría de los medios de comunicación callan este crimen? ¿Por qué habiendo tantas organizaciones de Derechos Humanos, pocas nos apoyan en las constantes denuncias y campañas exigiendo justicia? ¿Por qué mi pueblo me ha abandonado?
Soy una madre hondureña con el corazón destrozado para siempre, llorando desde hace casi 8 meses la pérdida de mi amada hija, clamando a mis compatriotas para que apoyen esta lucha en búsqueda de justicia para que mi hija, mi familia y yo descansemos en paz.
Son millones los hondureños que tienen cuentas en las redes sociales, a quienes me dirijo ahora para que nos ayuden a exigir un alto a la impunidad y justicia para Keyla, compartiendo las publicaciones y denuncias que hacemos en las redes.
No sean duros e indiferentes. Tantas madres hemos perdido a nuestros hijos e hijas en las mismas circunstancias y le puede pasar a cualquier otra. Para que no haya Ni una menos, ayúdenme a exigir justicia por el crimen contra mi hija. No la asesinen ustedes nuevamente, con un silencio cómplice. Se los suplico.
Atte. Norma Rodríguez