Tegucigalpa, Honduras.
En una especie de “toque de queda” establecido por supuestos pandilleros viven las colonias 1 de Diciembre, Rafael Leonardo Callejas, Iberia y sectores aledaños, después de la masacre del pasado fin de semana que dejó 12 víctimas mortales y heridos.
La noche del sábado, por lo menos, cuatro sicarios llegaron hasta un salón de billares de la 1 de Diciembre, adonde dispararon a mansalva contra todas las personas que se encontraban en el negocio.
Las víctimas mortales subieron a 12 tras el hallazgo del cadáver de uno de los supuestos criminales dentro de un carro en la colonia Rodríguez en Comayagüela.
Aunque han transcurrido unos siete días de haber sucedido el hecho criminal, los moradores viven en zozobra por temor a que pueda ocurrir otro hecho criminal debido a la falta de presencia policial y militar.
El sistema de vida de los habitantes de dichas colonias ya no es el mismo después de la brutal matanza en la zona.
A partir de las 6:00 pm, los residentes están encerrados en sus casas, no hay servicio de taxis ni de mototaxis porque, según un testigo, hay una prohibición por parte de una banda criminal.
Los moradores se sienten atemorizados porque, según ellos, los policías “tienen miedo” de ir a patrullar, dejándolos a merced de la delincuencia.
En una especie de “toque de queda” establecido por supuestos pandilleros viven las colonias 1 de Diciembre, Rafael Leonardo Callejas, Iberia y sectores aledaños, después de la masacre del pasado fin de semana que dejó 12 víctimas mortales y heridos.
La noche del sábado, por lo menos, cuatro sicarios llegaron hasta un salón de billares de la 1 de Diciembre, adonde dispararon a mansalva contra todas las personas que se encontraban en el negocio.
Las víctimas mortales subieron a 12 tras el hallazgo del cadáver de uno de los supuestos criminales dentro de un carro en la colonia Rodríguez en Comayagüela.
Aunque han transcurrido unos siete días de haber sucedido el hecho criminal, los moradores viven en zozobra por temor a que pueda ocurrir otro hecho criminal debido a la falta de presencia policial y militar.
El sistema de vida de los habitantes de dichas colonias ya no es el mismo después de la brutal matanza en la zona.
A partir de las 6:00 pm, los residentes están encerrados en sus casas, no hay servicio de taxis ni de mototaxis porque, según un testigo, hay una prohibición por parte de una banda criminal.
Los moradores se sienten atemorizados porque, según ellos, los policías “tienen miedo” de ir a patrullar, dejándolos a merced de la delincuencia.
