El trágico caso de Antoni Jair Figueroa Salgado, un niño de 10 años de Güinope, en El Paraíso, Honduras, ha conmocionado al país.
El cuerpo de Antoni fue encontrado en un terreno baldío en el centro de Güinope la mañana del 6 de noviembre, apenas un día después de haber sido reportado como desaparecido por su familia.
Las circunstancias alrededor de su muerte son alarmantes. El menor no presentaba signos de violencia y la policía subrayó que han iniciado investigaciones.
Se reportó que el niño fue visto por última vez en una motocicleta junto a un hombre desconocido, presuntamente alguien que recientemente había salido de la cárcel, lo cual ha llevado a las autoridades a considerar a esta persona como el principal sospechoso del crimen.
Aunque las investigaciones están en curso, no se han proporcionado detalles adicionales sobre la identidad o paradero del sospechoso.
Preocupación
Este caso subraya la preocupante situación de seguridad para los menores en Honduras. Según datos del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), hasta julio de 2024 se reportaron más de 20 casos de desapariciones de niños y adolescentes en el país. La coordinadora de la Defensoría de Movilidad Humana de Conadeh, Elsy Reyes, indicó que al menos un menor desaparece diariamente en Honduras, lo que refleja una crisis de seguridad para esta población vulnerable.
