Estuvo 45 días en coma y vivió dos años con una bala en la cabeza y, sin embargo, Keidy Jahaira Villanueva no solo sigue viva, sino que ha recuperado la mayor parte de sus facultades.
Estaba por cumplir quince años cuando sujetos que reclamaban unas tierras en el sector de El Cowle, municipio de San Manuel, dispararon por equivocación contra el carro en que viajaba con su madre y una hermana menor rumbo a Tela.
Hasta los médicos que la asistieron en aquella ocasión cuando fue ingresada casi muerta al hospital Mario Rivas se asombran al verla de regreso a la vida, sonriente y conversadora.
El carro en que viajaban doña Lourdes Enamorado y sus dos hijas se descompuso justo frente al terreno que reclamaba como suyo el grupo de supuestos campesinos que las atacaron a tiros sin ninguna razón.
Momentos de angustia
Una de las balas le penetró a Keidy Jahaira en el lado derecho de la cabeza y se le alojó en el izquierdo. Su hermana menor, Katherim, se salvó de los disparos porque en ese momento se encontraba agachada guardando su computadora debajo del asiento.
Mientras esperaban al mecánico que venía en camino a reparar el carro, la madre y sus hijas platicaban sobre los preparativos de las fiesta de quince años que le harían a Keidy Jahaira. Precisamente iban a Tela, adonde tienen familiares, para que le confeccionaran el vestido que luciría en esa ocasión.
Inesperadamente de una arboleda salieron los desconocidos disparando contra las indefensas ocupantes del carro.
No hubo quien las auxiliara después que la joven cayó mortalmente herida, hasta veinte minutos después que pasó un “buen samaritano” que la trasladó en su carro al Hospital de El Progreso, pero por la gravedad de la niña fue remitida al Mario Rivas de San Pedro Sula.
“No me le dieron esperanza de vida”, recuerda ahora doña Lourdes, una maestra de escuela que ha sido madre y padre para las dos niñas con quienes vive en la colonia Cerro Verde, de Choloma.
A su lado está Keydi Jahaira bromeando con el fotógrafo. “Ahora voy a ser artista”, dice con voz clara mientras posa para que le haga las gráficas de esta nota.
Se ha recuperado notoriamente después de aquel trágico incidente que conmovió a los hondureños el 16 de junio de 2012; pero lo más halagador es que el neurólogo que ahora la asiste le ha dicho que volverá a ser la misma de antes, pese a que todavía le falta dar pasos firmes.
Ella pasa preguntando cuándo va a continuar los estudios de secundaria que tuvo que abandonar después que la bala maldita la dejara como un vegetal. El pedazo de plomo está ahora en un bote de cristal que su madre guarda como una muestra de que sus efectos los tiene bajo control con la ayuda de Dios, la ciencia y el coraje de la niña.
“Volvió a abrir su Facebook con la misma contraseña que tenía antes del accidente”, dijo su madre para destacar que también está recuperando rápidamente su memoria.
La cicatriz de la traqueotomía que le hicieron de emergencia en aquella ocasión para suministrarle vida a través del cuello, delata apenas el duro tratamiento que tuvo que soportar, incluyendo los días angustiosos que permaneció entubada en una unidad de cuidados intensivos y las terapias que recibió en la Teletón.
Nadie creía siquiera que volvería a hablar, pero resulta que ahora parece más extrovertida que antes, porque el trauma cerebral que sufrió aniquiló una membrana del cerebro que inhibe a las personas, según le han explicado los especialistas.
Parecía que seguía inconsciente después de que salió de aquel coma, pero se le rodaron las lágrimas al escuchar de labios de una terapeuta que dijo que ni siquiera llegaría recuperar el habla. Hoy ha demostrado que esa fue una afortunada equivocación.
La menor estuvo interna durante 45 días luchando por su vida.
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