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“Vengo a limpiar y a dejar flores a la tumba de mi hija. Siempre la recordaremos, ella vive en nuestros corazones. Se nos fue hace cinco años”, recordó con lágrimas Marcelina Campos, quien desde ese tiempo llega al panteón de la Puerta a coronar a su ser querido.
Así como ella, Tesla Oviedo, vecina de la colonia Santa Martha, conmemoró ayer el Día de los Santos. Junto a su hermana llegó desde tempranas horas al cementerio a pintar y a depositar flores en la tumba de su madre. “Venimos todos los años a coronar a nuestra mamá. Este día es muy triste porque recordamos que ya no está con nosotros; pero sabemos que tiene su morada en el cielo y está junto a Dios”, dijo Hernández.
Claman por justicia
Cientos de ciudadanos llegaron ayer a los diferentes panteones de la ciudad a pintar, asear y depositar flores y coronas en las tumbas de sus familiares.
La cantidad de personas fue impresionante en cementerios públicos y privados, y hoy será igual ya que se conmemora el Día del Difunto.
Estas dos fechas se han convertido en un clamor por justicia en los últimos años, por las altas cifras de criminalidad que se han llevado a muchos de los desaparecidos. En menos de 24 horas aparecen muertas dos o más personas y la seguridad en la población cada vez es más deplorable . “Ahora matan a la gente sólo por matarla, aunque no deba nada. Ya no hay amor hacia el prójimo.
A mi hermano lo asesinaron hace tres años, y hasta el sol de hoy no sabemos quiénes son los responsables. Hemos exigido a las autoridades esclarecer su muerte, pero se hacen de oídos sordos”, comentó Danilo Godoy, poblador de la Rivera Hernández.
La tristeza, llanto y dolor por haber perdido a familiares de distintas formas era evidente en los rostros de las personas que acudieron ayer a los camposantos del municipio.
Amanda Rosales relató cómo la delincuencia le arrebató hace cuatro años la vida de su hijo José de 19, suceso por el cual hasta la fecha no hay nadie en la cárcel. “Recuerdo que ese día le dije: «no vayas, ya es tarde, mejor salís la otra semana».
Eran las diez de la noche, José salió a una fiesta con unos amigos. Al día siguiente llegó una vecina y me dijo: «Doña Amada, mataron a su hijo».
No lo podía creer, pero cuando llegué al lugar fue así, mi hijo tenía dos disparos en la cabeza y su cuerpo yacía en un matorral”, recordó la señora con fuerte voz, aunque su rostro reflejaba tristeza y dolor. Al igual que ella, cientos de personas llegaron a recordar ayer a sus seres queridos.
Los administradores de los principales camposantos del municipio dijeron que se espera que hoy la cantidad de personas sea menor, ya que algunos aprovecharon a coronar a sus familiares ayer, que era fin de semana. Los vendedores de flores, coronas y hasta los mariachis no desaprovecharon la oportunidad y ofrecieron sus servicios a los dolientes.
