San Pedro Sula, Honduras.
El sueño americano acabó para Pedro Antonio López, quien con el afán de ayudar a su familia emigró del país, pero hace 40 días fue atropellado en Hidalgo, México, y ahora está postrado por una lesión en la médula espinal.
Su destino era llegar a los Estados Unidos, pero en el trayecto, este hondureño de 20 años decidió quedarse trabajando en suelo mexicano. Según relata su padre Juan Zanabria, López salió en bicicleta a cumplir con unas compras de su jefe, pero la irresponsabilidad de un motorista lo mandó directamente a un centro asistencial.
López recibió ayuda médica, pero al comprobar que era ilegal, migración decidió deportarlo a Honduras.
“Una de mis hijas prometió ayudarlo a llegar a Estados Unidos, pero él quiso quedarse en México. Dios ha hecho el milagro de traerlo de nuevo porque no contamos con recursos”, explicó Zanabria al recibir a su hijo en una camilla ayer en el aeropuerto Ramón Villeda Morales. “El no habla, yo veo que está mal, pero nos dijeron que lo lleváramos a la casa”, agregó el sexagenario.
López fue trasladado desde la base aérea hasta el municipio de Nueva Arcadia, Copán, en una ambulancia, con la ayuda del portavoz oficial de la Cruz Roja hondureña, Pedro Salazar.
“La lesión es muy fuerte. Esperamos que Dios haga un milagro, pero necesita recibir un tratamiento especial para poder lograr su recuperación. Estamos haciendo todo lo humanamente posible para que reciba asistencia en nuestro país”, informó Salazar, quien espera que López vuelva a caminar.
El sueño americano acabó para Pedro Antonio López, quien con el afán de ayudar a su familia emigró del país, pero hace 40 días fue atropellado en Hidalgo, México, y ahora está postrado por una lesión en la médula espinal.
Su destino era llegar a los Estados Unidos, pero en el trayecto, este hondureño de 20 años decidió quedarse trabajando en suelo mexicano. Según relata su padre Juan Zanabria, López salió en bicicleta a cumplir con unas compras de su jefe, pero la irresponsabilidad de un motorista lo mandó directamente a un centro asistencial.
López recibió ayuda médica, pero al comprobar que era ilegal, migración decidió deportarlo a Honduras.
“Una de mis hijas prometió ayudarlo a llegar a Estados Unidos, pero él quiso quedarse en México. Dios ha hecho el milagro de traerlo de nuevo porque no contamos con recursos”, explicó Zanabria al recibir a su hijo en una camilla ayer en el aeropuerto Ramón Villeda Morales. “El no habla, yo veo que está mal, pero nos dijeron que lo lleváramos a la casa”, agregó el sexagenario.
López fue trasladado desde la base aérea hasta el municipio de Nueva Arcadia, Copán, en una ambulancia, con la ayuda del portavoz oficial de la Cruz Roja hondureña, Pedro Salazar.
“La lesión es muy fuerte. Esperamos que Dios haga un milagro, pero necesita recibir un tratamiento especial para poder lograr su recuperación. Estamos haciendo todo lo humanamente posible para que reciba asistencia en nuestro país”, informó Salazar, quien espera que López vuelva a caminar.