En los últimos meses han ocurrido muchos asesinatos de estudiantes, en su mayoría del nivel secundario. Gran parte de los casos siguen en la impunidad.
De acuerdo con informes del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), en los últimos 55 meses asesinaron a alrededor de 800 estudiantes en todo el país.
El último crimen ocurrió el 15 de septiembre, cuando Kimberly Michell Amaya Aguilar (15), estudiante de tercer curso de plan básico en el instituto Altagracia Sánchez, fue asesinada a balazos.
La menor fue encontrada en una de las calles de la colonia Filadelfia del sector Rivera Hernández.
El cadáver de la jovencita fue descubierto luego de que un ciudadano informara a policías de la Rivera Hernández que de un turismo color oscuro lanzaron a una mujer y la asesinaron.
Otro crimen fue el de Douglas Misael Quiñónez Herrera (16), alumno del primer curso en el Instituto Técnico Honduras (ITH) en Tegucigalpa.
Vulnerables
A pesar de la petición de proyectos de seguridad para los alumnos, algunas autoridades consideran que la mayoría de crímenes son dirigidos; es decir, que ciertos alumnos se involucran en actividades negativas que los llevan a la muerte.
Jorge Rodríguez, vocero regional de la Policía Nacional, expresó que desarrollan programas para que los estudiantes se alejen de la violencia y mantengan una relación positiva entre la Policía y la familia.
“Hasta la fecha se ha capacitado a más de 72 mil jóvenes a nivel nacional. El proyecto se ha enfocado en los centros educativos ubicados en las zonas vulnerables a la violencia”, informó el policía.
Autoridades de Educación están alarmados por los últimos asesinatos, puesto que las víctimas han sido alumnos e incluso maestros de colegios y universidades. El robo es una de las principales causas.
José Antonio Coello, vocero de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), manifestó que están trabajando en programas preventivos en los centros educativos a nivel nacional con capacitaciones enfocadas en que los jóvenes no caigan en las drogas y que no se dejen manipular por grupos como las maras.
“Estamos desarrollando campañas de evangelización en zonas que han sido consideradas conflictivas. El objetivo es que se conviertan en lugares de paz donde los niños y jóvenes se alejen de lo negativo y se enfoquen en las cosas de Dios y los estudios”, expresó el funcionario.