Henry Ariel Romero, de un año de vida, se ahogó ayer mientras disfrutaba de su piscina nueva y su madre tendía ropa en los bordos del río Blanco.
La piscina inflable fue un regalo que una vecina hizo a el pequeño para que pudiera refrescarse en el verano.
El pequeño estaba en su vivienda con su madre. Su progenitora se fue a tender una ropa dejando a su hijo en la piscina y minutos después lo encontró muerto.
Según testigos, un niño vecino fue quien encontró al bebé en el agua y aunque lo sacó, este ya no respiraba.