REDACCIÓN. Una festividad con mucha historia, representativa de nuestro país y de nuestros ancestros, la cual recibe el nombre de “Tzikin”, una ceremonia que se celebra durante todo el mes de noviembre y que consiste en agradecerle a los dioses por el abundante agua.
Esta celebración tiene sus raíces en la antigua celebración maya y es celebrada por los Chortís, un grupo étnico de la región de Copán, Ocotepeque, Cortés y Santa Bárbara, así como en Chiquimula, Guatemala.
Esta ceremonia se lleva a cabo en un río, y tiene bajo nombre “El apadrineo del agua”, con lo cual describe metafóricamente el festejo. Por otro lado, en cuanto a la vestimenta, los Chortí suelen no usar más su traje típico, excepto para este tipo de ceremonias donde sí los utilizan. Las mujeres llevan un vestuario típico, visten con un huipil y se pueden poner adornos en su cabello ya que es un signo de respeto y gratitud con los dioses; mientras que los hombres llevan su atuendo Patí, que es un pantalón y un poncho.
Dentro de los actos que se realizan, se hacen ofrendas, rezos y altares, todo con el fin de agradecer el recurso natural tan invaluable que tenemos los seres humanos: el agua.
Tzikin, también conocido como “Comida para los muertos”, constituye la ceremonia más significativa para las comunidades Chortís del Occidente hondureño, “representa esa fusión religiosa entre elementos prehispánicos y elementos del catolicismo. Al interior de las familias de las aldeas como Carrizalón, Chonco, San Antonio Tapesco, Rincon del Buey, los jefes de familia preparan enormes altares, reoletos de flores, imágenes devocionales y abundante comida. Al terminar los tres rosarios que dirige el anciano consejero, se procede a compartir la comida: ayote en miel, tamales, café con pan, frutas etc.”, declaró el historiador Rubén Darío Paz.
La unidad histórica de estos pueblos es envidiable en otros círculos sociales, fieles a su cultura, los Chortís, con más de sesenta mil miembros en el territorio hondureño, “reflejan además del sincretismo cultural esos niveles de hermandad y convivencia, tan característico en nuestros pueblos culturalmente diferenciados”, cerró el especialista.
