Los duques de Sussex fueron sorprendidos el pasado miércoles desembarcando de un avión en Niza acompañados de su hijo Archie, en el tercer vuelo privado que tomaban en espacio de ocho días.
La noticia de que el príncipe Harry y Meghan Markle habían viajado hasta Ibiza y de vuelta a Londres la semana pasada a bordo de un Cessna 500 XL alquilado a la compañía NetJets había generado cierto malestar entre la opinión pública debido a su activismo en favor del medio ambiente -más en concreto, para tratar de concienciar acerca de los peligros del cambio climático- y la polémica no ha hecho más que endurecerse tras hacerse público que también habían optado por un método de transporte muy similar -un modelo Cessna Citation Sovereign- para desplazarse hasta el sur de Francia.
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Los duques de Sussex bajaron del avión por separado y rodeado en todo momento por unas fuertes medidas de seguridad que, sin embargo, no impidieron que los paparazzi les fotografiaran.
A las ampollas que ha levantado su decisión de optar por un jet privado después de hablar en público acerca de los esfuerzos comunes que deberían de realizarse para reducir la huella de carbono de cada individuo, se suma además la información que no ha tardado en publicarse acerca del atuendo que había elegido Meghan Markle para su travesía aérea: un look compuesto por unos pantalones pitillo oscuros y una camisa blanca que completó con un sencillo sombrero de paja de la marca Maison Michel cuyo precio rondaría las 590 libras, más de 700 dólares.
Ese detalle vendría a legitimar las críticas que se han dedicado al matrimonio por su exclusivo estilo de vida, que quedaría reflejado en el guardarropa de Meghan Markle -repleto de prendas de exclusivos diseñadores internacionales- y que contrastaría con la imagen algo más austera que trata de proyectar el resto de miembros de la familia real británica, en especial los duques de Cambridge.