05/12/2024
06:47 AM

María Isabel Preysler Arrastia, la indestronable

Actualmente sale con Mario Vargas Llosa.

SAN PEDRO SULA.

María Isabel Preysler Arrastia no es ninguna improvisada en la aristocracia española. ¡Nunca! Por sus venas corre sangre con pedigrí y su estilo de vida, clase y distinción fueron heredados de sus ancestros. Aunque sea filipina de nacimiento, sus antepasados paternos la ligan con España, la patria donde es la diva, la “socialité”, la indestronable Isabel Preysler.

Aquella joven que apenas salía de la adolescencia se mudó de forma inesperada a Madrid, donde de inmediato comenzó a frecuentar las fiestas de alta sociedad. Estaba acostumbrada a eso y le fue fácil entrar en el mundo de la élite madrileña. Fue en una de esas fiestas donde conoció a Julio Iglesias, el célebre cantante con el que en 1971 se casó, y fue así como se catapultó al estrellado del jetset español. La prensa rosa empezó a amarla y su rostro era habitual en fotos y portadas de revistas del corazón.

Foto: La Prensa

Julio e Isabel con sus hijos Julio José, Chaveli y Enrique Iglesias.
Isabel sabe cómo mover las fichas del dominó a su antojo. Tuvo tres hijos con el prestigioso artista español, y siete años después se divorcia, eso sí, ya logrando ser la famosa Isabel, el rostro de rigor entre la alta sociedad de España y apoderándose de una buena suma de dinero que fortaleció su cuenta bancaria.

Un nuevo amor. De la música pasó a la aristocracia y a la realeza. Eso era lo suyo. Es lo que le encanta. Por eso fijó sus ojos en otro hombre, en uno que se manejaba como pez en el agua en los temas de la monarquía. Carlos Falcó y Fernández de Córdoba, marqués de Griñón, con el que se casó. Consolidó esa relación como familia al nacer un cuarto hijo, una niña; y aunque aparentemente era feliz, su matrimonio pendía de un hilo y terminó en divorcio.

Foto: La Prensa

Isabel y Carlos Falco con su hija Tamara.
Una vez más dejó que el tiempo le diera una nueva oportunidad en el amor y para consolidar su status ante la sociedad española, esta vez sus ojos se posan en un economista.Fue Miguel Boyer su tercer esposo, al que ella calificó como “su gran amor”. Con esta nueva relación que llevó a todos niveles, incluido la boda, Isabel afianza por completo su poderío, creando un imperio donde ella es la reina absoluta. Cada día, durante 26 años de casados, Isabel esculpió a la perfección su imagen, dejando atrás una belleza natural y logrando estilizar una estampada a base de artificios.

Foto: La Prensa

Hace algunos años con Miguel Boyer.
Hace ocho meses enviudó, después de tener un matrimonio estable y consolidado por el nacimiento de una hija más. Con Boyer, un intelectual de primera, la Preysler logró consolidarse como una dama por ser esposa de un influyente hombre en la estructura social de España.

Ahora vuelve a romper esquemas.

A sus 64 años, más bella que sus propias hijas y más elegante que cualquiera, Isabel vuelve a la carga en cuestiones del amor. Ha flechado el corazón de Mario Vargas Llosa, un partido poco común en su haber amoroso, el nobel de literatura que ha defraudado a su familia y ha destruido a su esposa Patricia, su prima hermana; con la que estuvo casado 50 años y que de la noche a la mañana la dejó por la espigada socialité.

Foto: La Prensa

Hola, la revista que destapó el romance.
El literato, de 79 años, posee también el título de marqués e Isabel volverá a ser marquesa, lo que tanto ama. Le hubiese encantado nacer “sangre azul”. A la Preysler le atraen los hombres con cultura literaria, hombres de mundo y talante liberal, eso queda demostrado; y con dos meses de relación, y ocho de viudez, reconfirma que es la indestronable por fijarse en un grande como Vargas Llosa.

No tiene límites. Ni el cielo lo es. Ha llegado hasta las estrellas de Hollywood, la realeza y las altas esferas. Lo único que le importa es brillar; y lo hace. Ni en el funeral de Boyer perdió la postura, aunque eso sí; ya Mario era su consuelo y repuesto sentimental.