Hoy, el calendario cívico de Honduras recuerda al cacique Elempira, más conocido como Lempira, y su gesta como uno de los primeros defensores de la soberanía de esta tierra.
Conviven juntas las dos historias sobre su muerte. La más conocida, en forma de leyenda, es la del cronista español Antonio de Herrera y Tordesillas, quien en su Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y en tierra firme del mar Océano afirma que Elempira murió a traición. Los españoles lo convencieron para que aceptara encontrarse con dos representantes de Alonso de Cáceres para negociar la paz. Durante la reunión, un arcabucero disparó a Lempira desde un caballo, lo que puso fin a su vida. Y la otra, que se desprende de un documento colonial de 1588 sacado a luz por el historiador hondureño Mario Felipe Martínez, donde un hombre llamado Rodrigo Ruiz se atribuye la muerte a espada del cacique Elempira que defendía Cerquín, y a quien le cortó la cabeza.
Desde 1932 Lempira ha estado presente en la moneda oficial de Honduras. Antes de esa fecha circulaba el Peso, aunque el decreto que denominaba Lempira a la moneda hondureña se emitió el 3 de abril de 1926.
El escritor Julio Escoto comparte sus puntos de vista sobre este valeroso cacique.
- ¿Se ha banalizado el tema de Lempira y su celebración el 20 de julio?
No lo creo, hay como un sino de protección que rodea a los próceres, pues aún se conserva respeto por Elempira, Morazán, Valle, Cabañas. Lo que existe es más bien ignorancia, conocimiento mayormente basado en referencias, leyendas, anécdotas mal elaboradas o copiadas y la sensación popular de un aura que ayuda a considerar a los próceres con niveles todavía tradicionales de respeto.
El otro aspecto que debe considerarse es el concerniente al espectáculo de celebración el 20 de julio. Preescolares, escolares e incluso colegiales visten como “indios” para desfilar y recordar al héroe y allí es donde quizás existe algún grado no intencional de banalización pues los referentes de la cultura india son mayormente inventados: pluma al pelo, caite, vestuario de yute, mucho colorido (las sociedades originarias no tenían capacidad de fabricar más de dos telas de color), joyas extemporáneas e incluso armas fuera de lugar. La solución a mediano plazo consiste en educar a padres de familia y maestros en el dominio de la certeza histórica.
-¿Qué tan válido es Lempira para la identidad nacional?
Bien estudiado y comprendido es de altísimo valor. Recuérdese que el caudillaje o liderazgo de Elempira pone en armas a 30 mil indígenas, desde Gracias al Valle de Sula, en pie de lucha para combatir a un invasor, que es decir a un imperio, aunque ellos no lo llamaran así en su momento. Es pues una valiosa lucha de autonomía e independencia, de salvación de su “patria” o territorio, y por ende se constituye con todo derecho en un temprano paradigma de identidad.
- ¿Qué piensa acerca de desmitificar la figura de Lempira?
Los padres fundadores siempre participan del mito y no les hace mal, los hace crecer a ojos de personas sin formación académica o sólida cultura. Ese mito como que los blinda contra la vulgarización y por ende el pueblo ve mal que se les ocupe en productos comerciales, campañas con fines de lucro, logotipos comunes, otros.
Creo más bien que a la par del mito debemos educar hondamente en la calidad de signo libertario que tiene Lempira y volver consciente a la población de que su ejemplo es meritorio y repetible cuando de salvar a la república se trata.
- La historia oficial deja en la sombra otros defensores de este territorio como Sicumba, ¿podría este u otro ocupar el lugar de Lempira y despertar el mismo sentimiento de resistencia?
No exactamente ocupar su lugar, pues la dimensión de Elempira es mucho mayor. Los otros fueron líderes menores (lo que no significa de menor valor) en contundencia y territorio. Sicumba lucha quizás 12 años contra los españoles y luego se cristianiza y retira a Santiago, de acuerdo con la historia conocida. Mientras que Elempira es insustituible pues ofrece al recuento histórico el heroísmo sumo: arriesgar y entregar la vida por el ideal colectivo.
- ¿Es justo el término héroe nacional aplicado a Lempira?
Absolutamente merecido, si bien la nación no existía entonces. Pero así es en todos los pueblos: una vez que formalizan sus estructuras comunales las gentes se preocupan por encontrar lo que los gringos llaman rol models que marquen ruta, tiren línea sobre la conducta patria ideal. Y en el caso de nuestros próceres y héroes su conducta es admirable y nos sirven por tanto como ejemplo y modelo para aglutinar a la sociedad y para hacer que el país continúe y no desaparezca a pesar de los denodados intentos de los diputados al Congreso Nacional.
- ¿Atenta el texto de Mario Felipe Martínez encontrado en el Archivo de Indias contra la figura tradicional de Lempira, la que permanece en el imaginario de la mayoría de los hondureños?
Digamos que contradice la historia “oficial” del cronista Antonio de Herrera. Es obvio, sin embargo, que el segundo relato sobre la muerte de Elempira en batalla cuerpo a cuerpo con Ruiz aparenta mayor validez, pues incluso forma parte de un documento encaminado al rey (probanza de méritos) en los que mentir era terriblemente peligroso.
La posibilidad de dos desenlaces humanos (traición o sacrificio) más bien enriquece la imagen de Elempira, si bien al final tendrá que imponerse la versión con mayor verdad.
Samuel Castillo Girón, el fotógrafo de “Lempira”
Hasta 1968, el Banco Central de Honduras (BCH) mantuvo en sus billetes de un lempira la efigie de un “indio” caracterizado por una pluma en su cabeza.
En 1974 el “indio” aparece desplumado por primera vez. El rostro del nuevo lempira se realizó a partir de la fotografía tomada por Samuel Castillo Girón. él tomó la foto y la casa emisora Thomas de la Rue & Company Limited se encargó de editarla tal como ahora aparece.
Este hombre, originario de Jesús de Otoro, Intibucá, y quien laboraba para ese entonces como auditor en el BCH, recorrió varias barracas militares en busca de un lenca para fotografiarlo de perfil y de frente. El nombre del recluta con rasgos lencas que posó se desconoce.
Gilberto Izcoa, de la Asociación Numismática de Honduras lo visitó en 2009 y deja constancia en http://billetesdehonduras.blogspot.com/. Esta asociación se fundó el 7 de enero de 2012.