Los Grimaldi reaparecían públicamente para asistir a la inauguración de la nueva plaza del Casino de Montecarlo, dando así un paso más en su particular desescalada. Ya totalmente recuperado del coronavirus, Alberto de Mónaco presidía este acto acompañado por los miembros de su familia, todos bien protegidos con sus mascarillas.
Entre ellos estaban Charlène, Andrea y Pierre Casiraghi, Tatiana Santo Domingo, la princesa Estefanía, Louis Ducruet y su mujer, Marie Chevallier, Pauline Ducruet y Camilla Gottlieb, además del hermano de Charlène, Gareth Wittstock, apodado el 'conde de Mónaco' por su constante presencia en todos los eventos reales. Pero hubo varias ausencias que llamaron la atención.
Y es que al acto no acudieron ni Carlota Casiraghi ni su marido, Dimitri Rassam, ni tampoco Beatrice Borromeo. Sin embargo, la gran sorpresa la protagonizó la baja de la princesa Carolina, quien siempre está presente en los eventos importantes de la Roca.
La hija de Rainiero y Grace Kelly permanece en el ostracismo desde hace unos meses. Hay quienes datan su desaparición con el estallido de la crisis del coronavirus en Europa, a mediados de marzo, pero lo cierto es que no hay fotografías de la princesa desde el mes de enero, cuando acudió junto a su hija Alexandra de Hannover al desfile de Chanel celebrado en el Grand Palais de París.
Nadie sabe nada de Carolina. Tampoco la prensa francesa se ha hecho eco de esta extraña desaparición de la princesa, cuyo actual paradero es un auténtico misterio.
 Carolina y Estefanía de Mónaco.
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